sábado, 20 de febrero de 2010

POLANSKI GANA EL OSO DE PLATA DE BERLÍN AL MEJOR DIRECTOR


El director francés de origen polaco Roman Polanski es el ganador del Oso de Plata a la mejor realización en el 60º Festival de cine de Berlín por su película The Ghost Writer, sobre la persona que escribe las memorias de un ex primer ministro británico y descubre una trama sobre los secuestros de la CIA en Irak protagonizada por Ewan McGregor. El director no ha podido acudir a recoger el premio bajo arresto domiciliario en Suiza por una acusación de abuso de menores cometido hace 30 años en EE UU.

El Oso de Oro, máximo galardón que otorga el festival, ha recaído sobre la cinta Bal (Honey), del director turco Semih Kaplanoglu. La película, que no tiene guión y apenas tiene diálogo y argumento, cuenta la historia de un niño que se aventura en el bosque para encontrar a su padre perdido, un cuidador de abejas. La película rumana Eu cand vreau sa fluier (If I want to whistle, I whistle), de Florin Serban, un drama carcelero sobre un adolescente que se escapa de prisión para impedir que su madre se lleve a su hermano a Italia, ha ganado el Gran Premio del Jurado.

El premio al Mejor Guión ha recaído sobre la cinta china que abrió el Festival, Apart Together, del director Wang Quan'an, que logró hace unos años el Oso de Oro con La boda de Tuya. Por otro lado, los actores rusos Grigoru Dobrygin y Sergei Puskepalis han ganado el Oso de Plata a la mejor interpretación masculina por su trabajo en Kak ya Provel etim letom (How I ended this Summer) de Alexei Popogrebsky. La japonesa Shinobu Terajima ha ganado el mismo premio a la mejor interpretación femenina por la cinta Caterpillar, de Koji Wakamatsu.

El jurado del festival está presidido por el director alemán Werner Herzog y entre sus miembros están la actriz Renée Zellweger y el productor español José María Morales.

Asimismo, la película británico-brasileña Waste Land, proyectada en la sección Panorama de la Berlinale, ha ganado los premios Amnistía Internacional y también el correspondiente a la votación del público en esa sección del festival de cine. El filme, dirigido por Lucy Walker y de 99 minutos de duración, es un documental sobre el trabajo de la artista brasileña Vik Muniz, centrado en su instalación en el Jardim Gramacho en uno de los mayores vertederos de basura del mundo, en Rio de Janeiro.

La película ha sido la más votada por el público asistente a las proyecciones de la sección Panorama, premio que se entregará mañana, en el denominado "Día del Espectador" con que concluye la Berlinale. Waste Land recibirá también el premio de Amnistía Internacional, ex aequo con la producción palestino-egipcia Son of Babylon, dirigida por Mohamed Al-Daradji.

El jurado de ese galardón destacó el alto valor y compromiso político y social de ambos filmes y por eso ha decidido otorgar la distinción por duplicado. Son of Babylon es un road movie que relata con sentido del humor la situación en Irak unas semanas después del hundimiento del régimen de Sadam Husein a través de un niño kurdo que recorre el norte del país en busca de su padre.

Anteriormente a los Osos oficiales se otorgan una serie de galardones independientes, como los de Amnistía y el del Público, así como el de la crítica internacional, FIPRESCI, que se dio a conocer ayer.

El FIPRESCI correspondiente a la sección Forum recayó en el joven cineasta colombiano Oscar Ruiz de Navia, por su ópera prima El vuelco del cangrejo. La película plantea la fábula de un hombre, en pleno estancamiento vital y existencial, atrapado en un pequeño pueblo del Caribe, incapaz de reorientar su rumbo. El filme ganador del FIPRESCI de la sección a concurso fue el danesa En Familie, de Pernille Fischer Christensen, mientras que en el apartado Panorama ganó la japonesa Parade, de Isao Yukisada.

 Esto es lo que escribió Leonardo García Tsao, crítico de cine mexicano del Diario La Jornada, presente en la Berlinale, sobre Bal (Miel, 2010) la pelicula ganadora del Oso de Oro....y de yapa un breve apunte sobre Shutter Island de Martin Scorsese.

http://www.jornada.unam.mx/2010/02/18/index.php?section=opinion&article=a07a1cul


Para probar la huella deleble que la mayoría de las concursantes deja en la memoria, ayer se me pasó mencionar a la representante turca Bal (Miel), de Semih Kaplanoglu, tercera parte de su trilogía autobiográfica –que podría llamarse del Desayuno Nutritivo– completada por Leche (2008) y Huevo (2007). No trata de nada más apasionante que un niño tartamudo en busca de su padre, un recolector de miel, en un bosque misterioso. Una muestra más del minimalismo de moda, con algunos encuadres bien logrados… y algo desesperantes si uno es impaciente. Esa es otra característica común de esta Berlinale: las competidoras en general han sido cortas, con una duración promedio de 90 minutos, pero parecen durar eternidades.
Hasta ahora, la única película en la sección oficial con alto grado de estilización formal e inspirada elaboración del artificio –vaya, la única película, para acabar pronto– ha sido Shutter Island, de Martin Scorsese. Los detractores que enfrenté en un principio –y fueron la mayoría de los colegas– han admitido que hasta volverían a verla con gusto, ante el posterior desarrollo de la Berlinale. Gran paradoja, pues se exhibió fuera de competencia y es uno de los contados casos que prescinden de la promoción de un festival internacional, al ser parte de la maquinaria hollywoodense. Pronto se estrenará en la mayoría de las pantallas del mundo.

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