martes, 3 de mayo de 2011
FALTA ESTADO, PERO SOBRE TODO MERCADO (Por Gonzalo Prialé, Diario CORREO)
http://diariocorreo.pe/columna/6624/falta-estado-pero-sobre-todo-falta-mercado/
Lima - En el velasquismo se crearon numerosas empresas estatales que causaron grandes pérdidas por subsidios indiscriminados, controles de precios, corrupción y mala gestión, contribuyendo a generar un cuantioso déficit fiscal, tapado posteriormente con un endeudamiento público inmenso que las siguientes generaciones seguirán pagando. Recordando este desastre, es natural que el sector privado exprese su rechazo a programas de gobierno estatistas como el de Gana Perú.
Los defensores del estatismo dicen que la causa de esta enorme desconfianza del empresariado privado en el Estado peruano como empresario son puros prejuicios ideológicos. Agregan que en otros países, como Chile o Colombia, existen empresas estatales supuestamente exitosas que incluso invierten en el exterior. Bien por ellos. Pero eso no justifica volver a hacer aquí experimentos que fracasaron rotundamente hace unas décadas, cuyo daño perdura.
El rechazo del sector privado al estatismo en el Perú no es ideológico, pues responde a la evidencia del desastre generado por diversas empresas estatales. Basta constatar, por ejemplo, el estado calamitoso de los puertos peruanos a cargo de la estatal Enapu, que coloca al Perú en la posición 113 de 139 países en calidad de infraestructura portuaria al 2010.
Los estatistas justifican la intervención estatal porque el sector privado no invierte allí donde alguna actividad no es rentable, y eso debe suplirlo el Estado. El problema de fondo es que si por la pobreza y el aislamiento una actividad en algún lugar del país no es rentable para los privados, tampoco lo será para el Estado. Para enfrentar esta situación no es necesario que el Estado arme un sinnúmero de empresas estatales para trabajar a pérdida, pues bastaría que asigne los subsidios necesarios y que los concurse, donde sea posible, de manera que aquel privado dispuesto a brindar el servicio al público con la mayor calidad al menor precio, se haga cargo. Se llaman asociaciones público-privadas y está demostrado que funcionan.
En esos lugares pobres y excluidos, donde está concentrada la desigualdad, no es sólo que falta Estado, lo que falta sobre todo es mercado. Se necesita conectar al mercado a los peruanos excluidos, empoderándolos, brindándoles títulos de propiedad saneados y desarrollando infraestructura y servicios básicos en las regiones, para generarles oportunidades de emprender actividades productivas que les permitan salir de la pobreza por su propio esfuerzo.
Antes que patear el tablero cambiando la Constitución para cambiarlo todo, hay que cambiar desde adentro al Estado, que ha resultado inoperante para llegar con pequeñas obras a las regiones. Éste es el mayor reto que existe.
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