Las autoridades japoneses siguen en situación de máxima alerta pendientes de la situación de la central nuclear de Fukushima I y los efectos del devastador terremoto y posterior tsunami del pasado viernes, que se han cobrado la vida de más de más de 1.200 personas, según cifras oficiales. Para el primer ministro, Naoto Kan, el país vive "la crisis más grave desde la II Guerra Mundial" y ha instado a sus ciudadanos a "construir un nuevo Japón".
Kan ha advertido que la situación caótica que viven los japoneses se prolongará durante varios días ya que el suministro eléctrico tardará en reestablecerse en muchas zonas y que incluso podrían producirse nuevos apagones. Una de las primeras medidas del Ejecutivo ha sido autorizar a las empresas Tokyo Electric Power y Tohoku Electric Power a efectuar cortes de electricidad de hasta tres horas de duración al día, a partir de mañana, para garantizar el suministro en las zonas del noreste del país. Kan ha reconocido que la situación es "preocupante" y advertido que la recuperación "no será fácil" pero que Japón la logrará como "hecho en el pasado".
Uno de los lugares que más preocupan a las autoridades es la planta nuclear de Fukushima I , a 240 kilómetros de Tokio, donde existe el riesgo de que produzca una nueva explosión similar a la de ayer en la planta nuclear. Las autoridades tampoco descartan que se haya iniciado un proceso de fusión del núcleo en los reactores 1 y 3. Naoto Kan ha admitido que la situación es grave pero que no es comparable al desastre que ocurrió en la ciudad ucraniana de Chernobil en 1986. "Se ha liberado radiación al aire , pero no hay ningún dato que apunte a que se haya liberado una gran cantidad", según el primer ministro japonés. "Esto es totalmente diferente al accidente de Chernobil. Estamos trabajando para impedir que los daños se extiendan", ha añadido
Horas antes, el ministro portavoz, Yukio Edano, explico que la explosión podría producirse en el recipiente de contención secundario del reactor 3 debido a una acumulación de hidrógeno, tal y como ocurrió ayer en el reactor 1. Tampoco se descarta que se hubiera activado un proceso de fusión del núcleo en los reactores 1 y 3. "Creemos que existe la posibilidad de que una fusión del núcleo parcial haya ocurrido. Está dentro del reactor. No podemos verlo. En cualquier caso, suponemos que la fusión ha tenido lugar", señaló Edano acerca del reactor número 1 de dicha central. "Sobre el reactor número 3, suponemos también que existe la posibilidad de que otra fusión del núcleo tenga lugar mientras tomamos medidas para evitarlo", explicó el ministro portavoz japonés.
Terremoto de intensidad 9
Los equipos de emergencia siguen trabajando en la zona para tratar de enfriar los tres reactores de la central mediante la inyección de agua de mar. El reactor 3 empezó a dar problemas al verse afectado por la misma avería que ayer provocó una explosión en el número 1. Poco antes, la operadora de la central informaba de que el reactor 3 estaba emitiendo radiación por encima del límite de seguridad y que existía una "situación de emergencia" porque el nivel de agua ha descendido hasta dejar al descubierto tres metros de barras de combustible. El Gobierno asegura que no hay peligro para los ciudadanos pero el accidente se ha cobrado sus primeras víctimas. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha informado hoy de que un operario murió en un accidente ocurrido con una grúa, otros cuatro resultaron heridos ayer la explosión registrada ayer en la planta nuclear y tres más resultaron heridos en otros incidentes.
El terremoto del viernes, con una intensidad que esta madrugada (hora española) Japón ha revisado al alza hasta una maganitud 9 en la escala de Richter, fue demasiado para la central de Fukushima I, propiedad de Tokio Electric Power (Tepco) y cuyo primer reactor abrió en 1971. Los reactores 1, 2, y 3 pararon automáticamente con el seísmo. Los otros tres del enorme complejo atómico en la costa estaban en tareas de mantenimiento.
Al caerse el sistema eléctrico, se apagó también el sistema de refrigeración de la central. En una nuclear hay que sacar calor continuamente del reactor, lo que se consigue con varios sistemas de circulación de agua. Tras el seísmo, se pusieron en marcha los generadores diésel de emergencia -suele haber cuatro por planta- para bombear agua a la refrigeración. Pero una hora después llegó el tsunami e inutilizó también la refrigeración de emergencia.
Una central nuclear es como una muñeca rusa: la vasija del reactor, de metal, está rodeada por el edificio de contención -con muros de hormigón y acero-, que, a su vez, está recubierto por el edificio del reactor, en este caso un cubo de cemento.
Con una refrigeración precaria, "dentro del núcleo empezó a subir la presión" por la acumulación de gases radiactivos, según explicó el físico nuclear Manuel Fernández Ordóñez. La central comenzó a abrir válvulas de alivio para soltar gases a la contención. "Por hacer una analogía sencilla, imaginemos que el núcleo del reactor es como una olla exprés. Si sube mucho la presión hay que abrir la válvula, lo que libera gases hacia la cocina, que es el edificio de la contención, pero no hacia el exterior", señaló Fernández Ordóñez.
Aun así, la presión en el edificio de la contención siguió subiendo. "La contención está a menor presión que el exterior para que, si hay una grieta, no salga nada hacia afuera. La presión normal dentro es de 400 kilopascales y en el exterior es de 1.000. En la central la presión subió hacia 600 y luego a 850. Entonces decidieron abrir y sacar hacia el exterior el gas contaminado. Se filtra pero siempre sale vapor radiactivo".
Las autoridades japonesas primero ordenaron evacuar las poblaciones en un radio de tres kilómetros de la central, luego de 10 y finalmente de 20 kilómetros. Los medidores de radiación en el exterior reflejaron el vertido. A las cuatro de la mañana (hora japonesa) el exterior registraba una radiación natural de 0,07 microsievert por hora. A las 15.29, la medición era de 1.015 microsievert/hora, 14.500 veces más, y de ahí empezó a decaer. A las diez y media de la mañana de este domingo (dos y media de la madrugada en la península española), la operadora de la central informó a la agencia Kyodo de que el reactor número 3 había empezado a emitir radiación por encima de los niveles de seguridad, hasta alcanzar los 882 microsiervert por hora.
Explosión fatal
Si la información que llegaba desde Fukushima era confusa todo empeoró a las 15.36 (las 07.36 hora peninsular española), cuando una explosión sacudió la planta y el humo se divisó a kilómetros. El espectro de Chernóbil recorrió el planeta. La agencia japonesa de seguridad nuclear (NISA) aseguró posteriormente que la explosión no había afectado al edificio de la contención, aunque sí se había llevado parte del techo y de la pared del edificio del reactor. Japón atribuyó la explosión a que parte del hidrógeno liberado había explotado. En un primer balance, la Agencia Internacional de la Energía Atómica ha anunciado que un técnico ha fallecido y otras 11 personas han resultado heridas tras la explosión en la central de Fukushima I. Citando autoridades japonesas, la agencia especifica que un técnico falleció y cuatro resultaron heridos en un accidente con una grua.
Durante horas se sucedieron informaciones imprecisas sobre la refrigeración, que si Tepco la había conseguido conectar, que si se había apagado... El director de Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Juan Carlos Lentijo, resumió por la tarde: "La situación es precaria pero la central está aguantando. Eso sí, tienen que conseguir refrigerarlo o se puede descontrolar". Lentijo justificó los vertidos radiactivos: "Es mejor una descarga por poco agradable que sea a tener una rotura dramática".
Cinco horas después de la explosión, las autoridades japonesas intentaron una opción a la desesperada: refrigerar la nuclear directamente con agua de mar y ácido bórico, una sustancia que absorbe neutrones. El portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, afirmó que este era un método "sin precedentes" y anunció que se estaban preparando para repartir yodo entre la población. "El yodo es una medida de protección de emergencia ante una posible nube radiactiva, que lleva yodo. El yodo satura la glándula tiroides y evita que actúe el yodo radiactivo", señaló Lentijo. La agencia Kyodo informó de que había tres personas hospitalizadas que habían recibido altas dosis de radiación. Según NISA, el número de personas expuestas a la radiación en Fukushima I podría ser de entre 70 y 160.
Críticas a la energía atómica
Aparte de las implicaciones en Japón, el accidente de Fukushima afectará previsiblemente a la industria nuclear en el mundo. Con el recuerdo de Chernóbil desvaneciéndose, el lobby nuclear estaba consiguiendo hacer virar a la opinión pública a favor de la opción nuclear como una forma de reducir la dependencia del petróleo. Domínguez rechazó que vaya a afectar al futuro: "En una catástrofe sin precedentes la central ha funcionado perfectamente. Lo que ha fallado lo ha hecho según lo previsto". Otra fuente del sector utilizó otro argumento: "También se han perdido trenes en el tsunami y a nadie se le ocurre que afecte al transporte ferroviario".
Los ecologistas sí cargaron contra la energía atómica. Jan Beranek, jefe de la campaña nuclear de Greenpeace, resumió: "La industria dice que estos sucesos no pueden ocurrir en reactores modernos (...), pero la energía nuclear es vulnerable a la combinación potencialmente mortal de un error humano, fallos de diseño y desastres naturales".
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LA HIPOTECA DE LA RECONSTRUCCIÓN AHOGARÁ EL PAÍS
http://www.elpais.com/articulo/internacional/hipoteca/reconstruccion/ahogara/pais/elpepiint/20110313elpepiint_10/Tes
Cuando dejen de llegar olas gigantes a la costa, controlen los accidentes nucleares y los servicios de emergencia hayan organizado toda la ayuda humanitaria, comenzará el recuento de los daños para la economía japonesa. Los miembros del Gobierno nipón, los partidos políticos y los analistas todavía están noqueados por la magnitud de la catástrofe, por lo que sus cálculos sobre el coste económico son preliminares.
De lo que no hay duda es que la reconstrucción exigirá enormes cantidades de inversión pública. Como referencia, los analistas recuerdan que el terremoto de Kobe, en 1995, supuso un coste para el Estado de 100.000 millones de dólares y fue un seísmo mucho más benigno que el actual. Las tareas de rescate, la reconstrucción de miles de casas arrasadas, de carreteras sepultadas y de edificios públicos y privados destruidos, puede frenar un 8% el Producto Interior Bruto (PIB) del país del Sol Naciente, según analistas citados por la agencia France Presse. El Gobierno nipón ya ha firmado un fondo de 5.000 millones de euros para hacer frente a la catástrofe, que podría duplicarse en próximas semanas, según algunas fuentes.
Japón acaba de ser sobrepasada por China y ha quedado como tercera economía mundial. Pensar en una mayor inversión pública es un grave problema para este país, que tiene el dudoso honor de ser el más endeudado de todos los desarrollados. Antes de la catástrofe la deuda alcanzaba el 200% del PIB, con un déficit del 10%. Esta deuda se cifra en 12,1 billones de dólares (8,8 billones de euros), lo que supone casi 15 veces la que tiene España.
Los próximos días se espera que los analistas editen informes incrementando las previsiones de deuda para el cierre de 2011 y 2012. Malas noticias, seguro. Para encontrar prestamistas, Japón se verá obligado a elevar los tipos de interés de la deuda, lo que supondrá más dinero para amortizarla y menos para la economía, otro freno al crecimiento. Además, las agencias de calificación Moody's y Standard & Poor's acaban de bajar, en enero y febrero respectivamente, un grado la nota del país. El yen no ha caído, hasta ahora, por la intervención del Banco de Japón, que anunció que seguirá apoyando su divisa.
Desde el optimismo, algunos economistas sostienen que tras las tragedias y su consiguiente inversión, la economía se recupera antes de lo previsto. Sin embargo, lo que es una incógnita es cómo afectará esta situación a la moral de los ciudadanos, que se refleja directamente en el consumo. El problema añadido es que el Gobierno de centro-izquierda está perdiendo liderazgo social, lo que dificulta más la tarea de salir adelante.
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera en la década de los noventa, el Estado inyectó billones de yenes para recuperar la economía. Y lo estaba consiguiendo, aunque de manera irregular. El PIB anual de 2010 subió un 3,9%, pese a que el último trimestre registró una contracción. La política monetaria no tiene mucho margen de actuación porque los tipos de interés están al 0% desde hace tiempo.
"Nadie puede dudar de que habrá que implantar un programa de estímulo keynesiano: al menos para reconstruir la ciudad de Sendai y sus alrededores", dijo Marcus Noland, del Instituto Peterson de Economía en Washington, coautor en 2001 de un libro sobre las relaciones entre Japón y Estados Unidos, según Bloomberg. "La reconstrucción de Sendai podría ser una oportunidad para crear un polo de crecimiento en el norte de Japón, que ha perdido mucha población en los últimos años", consuela Noland.
El tsunami ha afectado al sector de la energía, las telecomunicaciones, las infraestructuras, siderurgia y pesca. La región de Miyagi y sus alrededores incluyen zonas industriales y de manufacturas, con plantas de químicos y electrónica.
Otro gran impacto llegará a las aseguradoras, que deberán asumir los pagos incluso a riesgo de quebrar. En la zona más castigada, en un radio de tres kilómetros, la firma Air Wordlwide valoró en 24.000 millones de dólares los bienes asegurados, informó Reuters. En las cuatro provincias más afectadas por el terremoto, hay bienes asegurados por 300.000 millones de dólares.
Las aseguradoras, que empezaron a caer en Bolsa el viernes pasado, afirman que estas cifras no suponen "una pérdida equivalente para las empresas". Habitualmente, estas firmas reaseguran sus riesgos, incluidos los de las dos centrales nucleares afectadas, con competidores de todo el mundo para evitar la quiebra en situaciones como la actual. Por eso los títulos de reaseguradoras como Swiss, Hannover RE y Munich RE perdieron más de un 4% en la sesión del viernes.
"Nunca había ocurrido nada igual, por lo que estamos en territorio desconocido", admitió un responsable de la firma Air Worldwide, que analiza estos siniestros para las aseguradoras. Según Reuters, los analistas financieros anticiparon el viernes que los daños del terremoto podría ascender hasta 15.000 millones, lo que le convertiría en el más costoso de la historia de la industria de los seguros.
En cuanto a compañías concretas, las más afectadas han sido las de automoción, donde Japón es un importante actor mundial. Los tres grandes fabricantes Toyota, Nissan y Honda anunciaron que mañana paralizarían todas sus fábricas por problemas de suministro.
En la región de Kanto, que incluye Tokio y que representa el 40% del PIB, se han visto afectadas refinerías de petróleo de la compañía Cosmo Oil. También se ha visto afectada la filial nuclear nipona, que garantiza entre el 25% y el 30% de la producción eléctrica de Japón.
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