La Argentina es un país maravilloso al que quiero entrañablemente.
Su influencia cultural contrasta con su reciente desprogramación económica y social.
Es interesante la explicación del Profesor Javier Tantaleán Arbulú del Instituto de Gobierno de la Universidad de San Martín de Porres de Lima, en el sentido que "durante el Siglo XX, la Argentina fue el único país del mundo que decreció en términos de productividad, ingreso per cápita y desarrollo humano, a pesar de que sus factores económicos se mantuvieron constantes (v.gr. capital, tierra, población, mano de obra, industria)
El proceso económico argentino ha sido estudiado por académicos de las más prestigiosas universidades del mundo; y no existen respuestas concluyentes sobre sus causas y efectos.
Su influencia cultural contrasta con su reciente desprogramación económica y social.
Es interesante la explicación del Profesor Javier Tantaleán Arbulú del Instituto de Gobierno de la Universidad de San Martín de Porres de Lima, en el sentido que "durante el Siglo XX, la Argentina fue el único país del mundo que decreció en términos de productividad, ingreso per cápita y desarrollo humano, a pesar de que sus factores económicos se mantuvieron constantes (v.gr. capital, tierra, población, mano de obra, industria)
El proceso económico argentino ha sido estudiado por académicos de las más prestigiosas universidades del mundo; y no existen respuestas concluyentes sobre sus causas y efectos.
Para 1912 ya era la octava economía del planeta. "La tierra de las migraciones ilusionadas"; de riquísimas, inabarcables y solitarias pampas; que los próceres republicanos se propusieron poblar y convertir en la despensa de una "ciudad sin fronteras" (un Buenos Aires blanco, moderno, civilizado, educado) desde donde se resolvería el dilema auroral "civilización o barbarie". Utopía que terminó refundiendo una Argentina morena, indígena, industriosa, quechuahablante, pobre.
A poco de estallar la Segunda Guerra Mundial -y hasta bien entrados los años 30´- el país experimentó una desconexión con Inglaterra y Europa; que impactó significativamente la economía, las instituciones políticas y la vida social.
La baja de los precios internacionales de la carne vacuna, del trigo y de otras materias primas; la corrupción institucionalizada y el terrorismo de Estado; el fracaso del modelo de sustitución de exportaciones; la desigualdad social y el embalse de las demandas populares; así como el espíritu aristocrático y antidemocrático de sus elites, constituyen indicios que ayudan a explicar el naufragio.
A poco de estallar la Segunda Guerra Mundial -y hasta bien entrados los años 30´- el país experimentó una desconexión con Inglaterra y Europa; que impactó significativamente la economía, las instituciones políticas y la vida social.
La baja de los precios internacionales de la carne vacuna, del trigo y de otras materias primas; la corrupción institucionalizada y el terrorismo de Estado; el fracaso del modelo de sustitución de exportaciones; la desigualdad social y el embalse de las demandas populares; así como el espíritu aristocrático y antidemocrático de sus elites, constituyen indicios que ayudan a explicar el naufragio.
Que, sin el fermento y la esporación del populismo, tampoco podría explicarse.
El populismo argentino (paliativo, coyuntural, necesario) terminó legitimándose como una entelequia, como un proyecto político y como un modo de vida.
El populismo que es patrimonio de los pueblos de nuestra América; y que los peruanos sabemos cuánto cuesta y cuánto vale -porque oscila permanentemente sobre nosotros y podría instalarse en cualquier momento una vez más- se convierte en un fiat lux para millones de argentinos.
¿A que viene toda esta introducción?
A que Mario Vargas Llosa, el Premio Nobel de Literatura 2010, ha sido invitado por la Feria del Libro de Buenos Aires para que participe en los actos inaugurales pronunciando una clase magistral.
Esa invitación ha desatado una verdadera polémica, pues varios escritores argentinos, como José Pablo Feinmann, comprometidos de una manera u otra con el actual proceso político y con los movimientos populares, se oponen a la presentación del escritor peruano. Sostienen que sus ideas liberales y sus declaraciones polémicas y en tono alto, contra el Gobierno de Cristina Fernández Vda. de Kirchner, son indignantes. Y porque MVLL representa poderosos intereses económicos y políticos.
Como Vargas Llosa se defiende solo y no quiero convertirme en su picapleitos, considero prudente señalar que cualquier forma de resistencia termina siendo más autoritaria que la pasión o el énfasis aplicados en la enunciación de las ideas propias, por más inflamantes que éstas sean.
El autor de La ciudad y los perros es un ciudadano del mundo -nos queda claro-; aburguesado, con gran versación e influencia en los medios de comunicación y en los foros académicos en los que acostumbra exponer sus ideas políticas. Las mismas que se adhieren a la causa liberal. Desde 1971, MVLL abjura del socialismo cubano y de los socialismos del mundo; de las ideas sartrianas que inflamaban su pensamiento y sus escritos; declarando su enemistad perpetua a las dictaduras que conculcan derechos y libertades y distorsionan el mercado para obtener beneficios delictivos.
Por si fuera poco, Vargas Llosa ha hecho publica su enemistad con los populismos de toda laya. Lo que explica la oposición furibunda de los escritores argentinos comprometidos con el "kirchnerismo" que moral e intelectualmente no aceptan la intromisión de nuestro escritor en asuntos domésticos.
Sabemos que el derecho a la discrepancia es universal. Y que, mientras todo se mantenga en el dominio del debate de ideas, el disenso resulta magnífico.
Porque, esencialmente, la discrepancia es un asunto democrático, de hombres de bien, civilizados, racionales.
Existe -sí- un código de honor para conducirse en un debate: no admite la personalización, ni la agresión física, intelectual, moral o psicológica del oponente.
La polémica podría implicar una provocación, una controversia, una pelea o un ánimo de figuración. Pero no es ninguna de esas cosas.
En la tierra de "oro y esclavos", como llamaba Bolívar al Perú; o en la "sociedad de las sospechas" como Borges definía a la Argentina, el debate es bienvenido.
Oscar Contreras Morales.-
El populismo argentino (paliativo, coyuntural, necesario) terminó legitimándose como una entelequia, como un proyecto político y como un modo de vida.
El populismo que es patrimonio de los pueblos de nuestra América; y que los peruanos sabemos cuánto cuesta y cuánto vale -porque oscila permanentemente sobre nosotros y podría instalarse en cualquier momento una vez más- se convierte en un fiat lux para millones de argentinos.
¿A que viene toda esta introducción?
A que Mario Vargas Llosa, el Premio Nobel de Literatura 2010, ha sido invitado por la Feria del Libro de Buenos Aires para que participe en los actos inaugurales pronunciando una clase magistral.
Esa invitación ha desatado una verdadera polémica, pues varios escritores argentinos, como José Pablo Feinmann, comprometidos de una manera u otra con el actual proceso político y con los movimientos populares, se oponen a la presentación del escritor peruano. Sostienen que sus ideas liberales y sus declaraciones polémicas y en tono alto, contra el Gobierno de Cristina Fernández Vda. de Kirchner, son indignantes. Y porque MVLL representa poderosos intereses económicos y políticos.
Como Vargas Llosa se defiende solo y no quiero convertirme en su picapleitos, considero prudente señalar que cualquier forma de resistencia termina siendo más autoritaria que la pasión o el énfasis aplicados en la enunciación de las ideas propias, por más inflamantes que éstas sean.
El autor de La ciudad y los perros es un ciudadano del mundo -nos queda claro-; aburguesado, con gran versación e influencia en los medios de comunicación y en los foros académicos en los que acostumbra exponer sus ideas políticas. Las mismas que se adhieren a la causa liberal. Desde 1971, MVLL abjura del socialismo cubano y de los socialismos del mundo; de las ideas sartrianas que inflamaban su pensamiento y sus escritos; declarando su enemistad perpetua a las dictaduras que conculcan derechos y libertades y distorsionan el mercado para obtener beneficios delictivos.
Por si fuera poco, Vargas Llosa ha hecho publica su enemistad con los populismos de toda laya. Lo que explica la oposición furibunda de los escritores argentinos comprometidos con el "kirchnerismo" que moral e intelectualmente no aceptan la intromisión de nuestro escritor en asuntos domésticos.
Sabemos que el derecho a la discrepancia es universal. Y que, mientras todo se mantenga en el dominio del debate de ideas, el disenso resulta magnífico.
Porque, esencialmente, la discrepancia es un asunto democrático, de hombres de bien, civilizados, racionales.
Existe -sí- un código de honor para conducirse en un debate: no admite la personalización, ni la agresión física, intelectual, moral o psicológica del oponente.
La polémica podría implicar una provocación, una controversia, una pelea o un ánimo de figuración. Pero no es ninguna de esas cosas.
En la tierra de "oro y esclavos", como llamaba Bolívar al Perú; o en la "sociedad de las sospechas" como Borges definía a la Argentina, el debate es bienvenido.
Oscar Contreras Morales.-
http://peru21.pe/noticia/720966/vargas-llosa-desata-polemica-argentina
El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, enfrenta una acalorada polémica en Argentina, donde diversas autoridades critican su invitación a la Feria del Libro de Buenos Aires, y piden que no asista a la ceremonia de inauguración.
Uno de los opositores a su presencia es el director de la Biblioteca Nacional argentina, Horacio González, quien dijo preferir que no estuviera presente. “Su liberalismo lo expresa de una manera tajante y hasta diría que, si me permite la paradoja, autoritaria también”, señaló.
El funcionario criticó que el novelista busque sentar posiciones políticas agresivas, debido a que “tiene un alto compromiso político con un conjunto de organizaciones mundiales”, dedicadas, opinó, a denostar procesos populares en algunos países.
González escribió una carta pública al presidente de la Cámara del Libro, Carlos de Santos, pidiendo que desista de la invitación por tratarse de una “ofensa a la cultura argentina”. Además de desempeñarse como director de la Biblioteca Nacional, Horacio González es miembro del movimiento de intelectuales, Carta Abierta, muy cercano al kirchnerismo.
Otras voces que mostraron su repudio a Vargas Llosa fueron el filósofo y ensayista José Pablo Feinmann, quien dijo sentirse enormemente indignado. “A iniciativa mía, (los escritores) Mario Goloboff y Vicente Batista redactaron” una nota de rechazo “que ya fue firmada por Liliana Hecker” y “seguramente” suscribirán otros intelectuales, puntualizó.
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http://www.elpais.com/articulo/cultura/director/Biblioteca/Nacional/argentina/veta/Mario/Vargas/Llosa/elpepicul/20110302elpepicul_3/Tes
Mario Vargas Llosa le resulta tan molesto a un grupo de intelectuales argentinos, próximos al kirchnerismo, que han llegado hasta el extremo de protestar porque se le invite a asistir a la inauguración de la 37ª edición de la Feria del Libro de Buenos Aires, que se abre el próximo 20 de abril. La protesta está encabezada nada menos que por el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, que considera "sumamente inoportuno" que el Premio Nobel de Literatura 2010 "ocupe ese lugar para inaugurar una feria que nunca dejó de ser un termómetro de la política". Es decir, que Vargas Llosa no compagina bien "con las corrientes de ideas que abriga la sociedad argentina".
"Lo que sucede con Vargas Llosa demuestra que si Jorge Luis Borges estuviera hoy vivo no podría tampoco inaugurar la Feria del Libro, porque Borges tenía la misma actitud crítica ante el peronismo y el populismo", explica el periodista y escritor Jorge Fernández, asombrado por el hecho de que un grupo de intelectuales pretenda "boicotear la inauguración de la Feria del Libro de Buenos Aires por el escritor de lengua española que ha obtenido este año el Premio Nobel". "Su presencia debería ser un orgullo y un honor para la feria", asegura.
La duda es si esta iniciativa procede de una peculiar ocurrencia de ese grupo de intelectuales o si cuenta con el apoyo y la iniciativa de la Casa Rosada, que acaba de abrir prácticamente la campaña electoral para la reelección de Cristina Fernández en octubre próximo, y que intenta evitar cualquier escenario público en el que la presidenta pueda ser objeto de juicios adversos. Es poco probable que si Vargas Llosa es el orador principal, la presidenta recupere la tradición (algo tambaleante) de asistir a la apertura de la feria.
"En Argentina ya hubo críticas cuando se concedió el Premio Nobel a Vargas Llosa", recuerda la ensayista y profesora de literatura de la Universidad de Buenos Aires Beatriz Sarlo. La raíz de la diferencia, según ella, no es tanto su crítica del peronismo como su actitud anti-Chávez. "El discurso de Vargas Llosa no estará bajo control y es muy probable que tenga alguna dimensión sobre la realidad latinoamericana en su conjunto", explica Sarlo. La ensayista ironiza sobre la permanente dramatización de la vida política argentina: "No creo que en España el Rey dejara de ir a un acto porque fuera a hablar Javier Cercas, autor de un libro en el que el Monarca no queda muy bien".
Vargas Llosa ha sido siempre muy explícito en su crítica al peronismo y en sus duros reproches a los sucesivos Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. El Premio Nobel, de ideología liberal, ha alabado, sin embargo, en numerosas ocasiones el surgimiento de una izquierda democrática latinoamericana, cuyos máximos exponentes son, a su juicio, Brasil, Chile o Uruguay.
Horacio González (que ocupa el mismo cargo que en su día tuvo Borges) es un decidido partidario de la presidenta actual y cuenta con el apoyo de otros intelectuales próximos al kirchnerismo, como José Pablo Feinmann, Aurelio Narvaja y Vicente Battista, que apoyan su iniciativa. González mantuvo ayer que a Vargas Llosa le aqueja "un mesianismo autoritario". El director de la Biblioteca Nacional asegura que "aprecia" la literatura de Vargas Llosa, pero que también le identifica como "un hombre de agresividad creciente hacia los procesos populares".
La directora de la feria, la editora Gabriela Adamo, que ocupa el cargo desde hace pocos meses, no encontró ayer tiempo para hablar con EL PAÍS, pero Gustavo Canevaro, presidente de la Fundación El Libro, que auspicia la muestra, descartó retirar la invitación a Vargas Llosa. Sin embargo, se mostró partidario de "dialogar" con quienes han protestado. "Es entendible que fuera de Argentina esta polémica pueda parecer incoherente, pero es parte de la realidad de este país", explicó, "la familia se toma con lo bueno y con lo malo, ¿no? Pues esto es lo mismo. Uno es parte de lo que es".
Canevaro se negó a comentar la posibilidad de que quienes protestan por la presencia prominente del premio Nobel busquen también satisfacer algún apetito personal y se conformen con que se invite al mismo acto a algún representante de su propio grupo. "Nosotros escucharemos todas las posiciones y todas las voces, como es lógico. Hasta este momento no hemos evaluado ningún cambio, pero estamos abiertos a todas las opciones". Canevaro admitió que el acto inaugural había sido durante las ediciones pasadas "un privilegio de escritores argentinos", pero resaltó que la feria había pensado en Vargas Llosa como "representante de la patria más grande, que es la hispanohablante".
Entre los invitados españoles al acto inaugural de este año figuran los escritores Rosa Montero, Antonio Muñoz Molina y Juan José Millás.
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http://elcomercio.pe/mundo/721355/noticia-argentina-ya-no-vetaran-vargas-llosa-pedido-su-presidenta
Bueno Aires (DPA). El rechazo de intelectuales kirchneristas a la presencia del escritor peruano y Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa en la inauguración de la próxima Feria del Libro de Buenos Aires fue retirado hoy a pedido de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
LA LLAMADA DE LA PRESIDENTA
El director de la Biblioteca Nacional argentina, Horacio González, informó esta noche que la mandataria se comunicó con él para solicitarle que retirara la carta que había presentado a la Fundación El Libro repudiando la participación de Vargas Llosa en la apertura de la Feria porteña. Recibió “un llamado de la Sra. Presidenta de la República en el sentido de afirmar la sustancia, la forma y la pertinencia del debate democrático en todos los planos de su significación”, sostuvo el funcionario en una nueva misiva difundida en la noche del martes.
Fernández de Kirchner le expresó que la “discusión no puede dejar la más mínima duda de la vocación de libre expresión de ideas políticas en la Feria del Libro”.
LA VOZ EN CONTRA
“Tal como me lo ha expresado, no es concebible la vida literaria y el compromiso con la ensayística social sin un absoluto respeto por la palabra de los escritores -o de cualquier ciudadano-, cualquiera sea su significación o intención”, destacó González en la segunda carta enviada al presidente de la Fundación El Libro, Gustavo Canevaro.
González había declarado esta mañana que le “gustaría que en la inauguración de la Feria del Libro no estuviera presente’” Vargas Llosa. “Su liberalismo lo expresa de una manera tajante y hasta diría que, si me permite la paradoja, autoritaria también”, declaró.
“La invitación a Vargas Llosa es una ofensa a la cultura argentina”, subrayó el funcionario, quien en su primera misiva a la Fundación El Libro señaló que consideraba “sumamente inoportuno el lugar que se le ha concedido para inaugurar una Feria, que nunca dejó de ser un termómetro de la política de las corrientes de ideas que abriga la sociedad argentina”.
“Es sabido que hay dos Vargas Llosa, el gran escritor que todos festejamos, y el militante que no ceja ni un segundo en atacar a los gobiernos populares de la región con argumentos que, lamentablemente, no solo deforman muchas realidades, sino que se prestan a justificar las peores experiencias políticas del pasado”, sostuvo.
González, además de dirigir la Biblioteca Nacional, integra el movimiento Carta Abierta de intelectuales cercanos al kirchnerismo.
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