sábado, 15 de diciembre de 2012

CONCIERTO 12.12.12, TODAS LAS ESTRELLAS DEL FIRMAMENTO


EL CONCIERTO "12-12-12" FUE TRANSMITIDO POR 37 ESTACIONES DE TELEVISIÓN EN ESTADOS UNIDOS Y MÁS DE 200 EN OTROS PAÍSES DEL MUNDO. TAMBIÉN FUE DIFUNDIDO POR 30 CIBERSITIOS, INCLUYENDO YOUTUBE Y YAHOO. EL EVENTO SE REALIZÓ A BENEFICIO DE LOS DAMNIFICADOS POR EL HURACÁN SANDY.

La crema y nata de la música y la comedia internacionales participó en un concierto de caridad por la supertormenta Sandy que comenzó el miércoles y se prolongó al jueves, solicitando ayuda para reconstruir la zona metropolitana de Nueva York.
Bruce Springsteen, Jon Bon Jovi, The Rolling Stones, The Who, Kanye West, Adam Sandler, Billy Crystal, Billy Joel, Paul McCartney, Alicia Keys, Eric Clapton y Roger Waters animaron un Madison Square Garden lleno hasta el tope en un espectáculo transmitido por televisión, internet y radio a todo el mundo.
Hasta 2.000 millones de personas pudieron ver el concierto en directo, estimaron los productores. "¿Cuándo van a aprender?", expresó el cómico Jon Stewart, oriundo de Nueva Jersey.
"Pueden arrojarnos cualquier cosa... terroristas, huracanes. Pueden llevarse nuestros refrescos gigantes de soda. No importa. Siempre vamos a resurgir más fuertes". Los artistas participantes estaban tan ansiosos por ayudar a los damnificados que casi no permitieron que terminara el concierto.
Los últimos compases de "Empire State of Mind" de Alicia Keys marcaron el final a las 01:19 de la madrugada del jueves (0619 GMT), casi seis horas después de que comenzó.
McCartney desempeñó el papel de Kurt Cobain en un reencuentro de Nirvana al tocar una canción nueva con los ex miembros de la banda Dave Grohl y Krist Novoselic.
La poderosa tormenta causó al menos 125 muertes, incluyendo 104 en Nueva York y Nueva Jersey, donde inundó numerosas zonas. Sandy dejó a millones de personas en varios estados sin electricidad ni calefacción por semanas, y también destruyó o dañó 305.000 viviendas tan sólo en Nueva York.
Springsteen, la gran figura del litoral de Nueva Jersey, estableció un ambiente efusivo cuando abrió el concierto con "Land of Hope and Dreams" y "Wrecking Ball". Abordó el proceso de la reconstrucción al presentar su canción "My City of Ruins", e hizo notar que fue escrita con relación al declive de la cuidad de Asbury Park, Nueva Jersey, antes de que resurgiera hace más de una década.
Lo que hace especial a la costa de Nueva Jersey es su inclusividad, un lugar donde tienen cabida las personas de todos los ingresos económicos y antecedentes, señaló.
"Oro para que esa característica continúe a lo largo de las costas de Jersey, porque eso es lo que las hace especiales", afirmó. Springsteen convocó al escenario a Jon Bon Jovi, su vecino en Nueva Jersey, para interpretar "Born to Run". Luego le devolvió el favor a Bon Jovi al cantar con él "Who Says You Can’t Go Home".
Adam Sandler hizo recordar sus días en el programa "Saturday Night Live" con una "Hallelujah" que incluía palabras obscenas, versión con la que el compositor Leonard Cohen nunca hubiera soñado.
También lanzó bromas sobre el magnate Donald Trump, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, los Knicks de Nueva York y el quarterback Mark Sánchez de los Jets de la NFL.
La parte musical estuvo muy inclinada hacia el rock clásico, que tiene el tipo de seguidores capaces de pagar entradas de entre 150 y 2.500 dólares. A pesar de esos precios, hubo personas con boletos que los ofrecieron por más en sitios como StubHub.
Los productores calificaron la reventa de "despreciable". "Esta tiene que ser la más grande colección de viejos músicos ingleses jamás reunida en el Madison Square Garden", dijo el cantante Mick Jagger de los Rolling Stones. "Si llueve en Londres, ustedes tienen que venir y ayudarnos". Los Rolling tocaron "You’ve Got Me Rockin" y "Jumping Jack Flash".
Jagger no estuvo en la ciudad de Nueva York durante la tormenta, pero en una entrevista antes del concierto dijo que su apartamento sufrió una inundación de 60 centímetros (dos pies).
The Who evocó a Sandy en pantallas con fotografías de la destrucción causada por la tormenta durante la interpretación de "Pinball Wizard". Pete Townshend hizo una breve modificación en la letra de "Baba O’Riley" para cambiar "páramo juvenil" por "páramo de Sandy".
Keys, oriunda de Nueva York, pidió a los espectadores que levantaran sus teléfonos celulares mientras interpretaba "No One", con lo que generó un mar de luz en la versión moderna de la pasada generación, que levantaba sus encendedores.
"Los amamos", dijo, "vamos a superar esto". Billy Joel presentó su pieza emblemática "New York State of Mind" y su melodía "Miami 2017 (Seen the Lights Go Out on Broadway)" pareció profética con un arreglo en la letra para recordar a Sandy.
Eric Clapton cambió la guitarra acústica por la eléctrica y cantó "Nobody Knows You When You’re Down and Out" y "Crossroads", mientras que Roger Waters impuso el ambiente melodioso de Pink Floyd cuando intepretó "Comfortably Numb" acompañado por Eddie Vedder.
El concierto "12-12-12" fue transmitido por 37 estaciones de televisión en Estados Unidos y más de 200 en otros países del mundo. También fue difundido por 30 cibersitios, incluyendo YouTube y Yahoo, así como en radioemisoras. Algunos cines, incluidos 27 en la zona de Nueva York, lo presentaron en vivo.
Las ganancias del espectáculo serán distribuidas a través de la Fundación Robin Hood. Más de 30 millones de dólares se habían recaudado tan sólo con la venta de los boletos.
Otras celebridades como Jimmy Fallon, Sean Combs, Leonardo DiCaprio y Brian Williams también asistieron para ofrecer relatos sobre la tormenta y pedir donaciones.
El evento fue realizado un día después de la muerte del sitarista Ravi Shankar, quien participó en el "Concierto para Bangladesh" en 1971 y es considerado el padrino de los recitales con fines de beneficencia. Ese concierto también tuvo por escenario el Madison Square Garden.

Fuente y más información: http://eldia.com.do/

viernes, 14 de diciembre de 2012

LOS MEJORES ESTRENOS DE 2012 (Por Oscar Contreras)

No DVDs, no Blu-rays, no internet.
Solo estrenos en la cartelera comercial peruana + un estreno cultural en 2012.


1.- UN METODO PELIGROSO (David Cronenberg)


2.- EL ESPÍA QUE SABÍA DEMASIADO (Tomas Alfredson)


3.- HABEMUS PAPAM (Nanni Moretti)
 

 
4.- DRIVE (Nicholas Winding Refn)
 
 

5.- LA SEPARACION (Ashgar Farhadi)


6.- ARGO (Ben Affleck)


7.- DESEOS CULPABLES (Steve McQueen)


8.- LA INVENCION DE HUGO CABRET (Martin Scorsese)


9.- LA PIEL QUE HABITO (Pedro Almodóvar)


10.- EL JUEGO DE LA FORTUNA (Benneth Miller)


11.- TOURNEÉ (Mathieu Amalric)


12.- FRANKENWEENIE (Tim Burton)


13.- LA CHICA DEL DRAGON TATUADO (David Fincher)


14.- SKYFALL: JAMES BOND 007 (Sam Mendes)


15.- AGENTES SECRETOS (Steven Soderbergh)


16.- EL LEGADO DE BOURNE (Tony Gillroy)


17.- UN DÍA PARA SOBREVIVIR (Joe Carnahan)

Decepción:
BATMAN, EL CABALLERO DE LA NOCHE EMERGE (Christopher Nolan)
 
Desastre:
DE ROMA CON AMOR (Woody Allen)
 
 

Sobrevalorada:
EL ARBOL DE LA VIDA (Terence Malick)
 
Subvalorada:
CASADENTRO (Joanna Lombardi)
 
 

Película peruana:
CIELO OSCURO (Joel Calero)
 
 
 
Frases del año:
  • “Contrapicado cenital”
  • “Cine guerrilla”
  • “Obra maestra fallida”
  • Si te gusta ir al cine para pensar, pero no mucho, solo reflexionar un poco y relajarte, entonces debes ver esta película”
  •  “Óscar Contreras puso “like” a estos y otros comments, adhiriéndose de esta manera a lo ahí expuesto".

Estreno cultural:
MISTERIOS DE LISBOA (Raúl Ruiz)
 
 

EN MEMORIA DE OSCAR NIEMEYER (1907-2012)

 
Oscar Niemeyer: el arquitecto futurista al que inspiró la sensualidad

Brasil y el mundo de la arquitectura están de luto. El célebre arquitecto Oscar Niemeyer, diseñador de los icónicos edificios futuristas de Brasilia y de más de 600 estructuras alrededor del planeta con las que revolucionó la arquitectura del siglo XX, falleció anoche a los 104 años en el hospital Samaritano de Río de Janeiro como consecuencia de una infección respiratoria.
Niemeyer, que padecía problemas en los riñones y era sometido a hemodiálisis, estaba internado desde el 2 de noviembre. Había ingresado originalmente por una deshidratación, en su tercera internación en el año. Luego, su estado de salud se complicó con una hemorragia digestiva. Ayer por la mañana, el equipo médico que lo trataba informó que había sufrido un paro cardíaco y que su respiración estaba siendo mantenida por aparatos. Su familia, esposa y nietos, fue entonces convocada al hospital. El 15 del actual hubiese cumplido 105 años.
Años atrás, cuando se le preguntó cómo le gustaría ser recordado el día que muriese, dijo que quería que en su lápida se leyese la frase: "Oscar Niemeyer, brasileño, arquitecto. Vivió entre amigos, creyó en el futuro".
Anoche, la presidenta Dilma Rousseff lo despidió emotivamente: "Brasil hoy perdió a uno de sus genios. Es día para llorar su muerte; es día para saludar su vida". Y el gobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral, declaró tres días de duelo. Mientras, los brasileños lloraban al llamado "mago de la línea curva".
Sus restos serán velados en el Palacio del Planalto, diseñado por él mismo.

El Gobierno de Brasil encomendó a Niemeyer un complejo de edificaciones conocido como Conjunto Arquitectónico de Pampulha, con la famosa Iglesia de San Francisco de Asís, que las autoridades católicas se negaron a bendecir por sus inusuales formas y elementos decorativos.
Idealista y promotor de la lucha contra las desigualdades sociales, en 1945 se afilió al Partido Comunista Brasileño y se volvió un apasionado defensor de la ideología de izquierda, que le ganó la amistad de figuras como Fidel Castro y Luiz Inacio Lula da Silva, pero también le acarreó varios problemas en los años de la Guerra Fría. Tuvo que dejar de lado las invitaciones para enseñar en las universidades estadounidenses de Harvard y Yale porque su visa fue negada.
No obstante, en 1947 su proyecto general para la sede de Naciones Unidas en Nueva York fue elegido y terminó viajando a Estados Unidos para supervisar la construcción del edificio junto a Le Corbusier. En Brasil, en tanto, diseñó algunos sitios icónicos, como el Edifico Copan y el Parque Ibirapuera, ambos en San Pablo; la Casa de las Canoas y la sede del Banco Boavista, en Río de Janeiro.
Fue, sin embargo, durante la presidencia de Kubitschek (1956-1961) que Niemeyer hizo su mayor aporte a la arquitectura brasileña, con el diseño de los principales edificios públicos de la nueva capital, Brasilia, proyectada por Costa. Ahí se destacan la catedral, el Congreso, los palacios del Planalto, Alvorada e Itamaraty, y numerosos predios habitacionales, pensados para que las diferentes clases sociales convivan en armonía.
La llegada de la dictadura militar (1964-1985) lo llevó al exilio en Francia y a realizar varios trabajos en Europa, África y Asia (la sede de editorial Mondadori en Italia; el hotel Pestana Casino Park en Portugal; la sede del Partido Comunista en Francia; la Universidad de Ciencia y Tecnología en Argelia; la Universidad de Haifa, en Israel, entre otros). Comenzó entonces también a diseñar muebles, el más conocido de ellos, la silla "Río". Amparándose en la ley de amnistía de 1979, Niemeyer regresó a Brasil a principios de 1980; ganó el prestigioso Premio Pritzker en 1981, y siguió trabajando incansablemente en proyectos como el Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi; el Nuevo Museo de Curitiba (hoy Museo Oscar Niemeyer), y el Memorial de América latina, en San Pablo.
En medio de innumerables reconocimientos de universidades internacionales, sus últimos años de vida estuvieron empeñados en completar las edificaciones del llamado Camino Niemeyer, en Niteroi; el Museo Pelé, en Santos, y el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer en Avilés, España, entre otros. En 2006, con 99 años y tras dos de viudez, se casó con su fiel secretaria, Vera Lúcia, de 60 años. Ni siquiera durante las varias internaciones hospitalarias que tuvo desde entonces dejó de dedicarse a su gran pasión de diseñar, armado tan sólo de un lápiz y un papel.
"No es el ángulo el que me atrae -explicó alguna vez-. Ni la línea recta, dura, inflexible. Lo que me atrae es la curva sensual que se encuentra en el cuerpo de la mujer perfecta."

En Rosario, un sueño pendiente

Niemeyer no pudo contemplar su única obra en la Argentina. A pesar de todas las gestiones, todavía no se inició la construcción del Puerto de la Música, un espacio de 20.000 m2 cubiertos, en instalaciones del puerto de Rosario. En 2008 fue un objetivo del gobernador, el socialista Hermes Binner, pero por cuestiones de financiamiento y disputas legales la obra sigue postergada.
El Puerto de la Música contará con sala de conciertos, escuela de música y centro de exposiciones, además de una explanada con capacidad para más de 30.000 personas. Allí se realizarán obras, recitales y espectáculos. Con este complejo, a la orilla del río Paraná, las autoridades esperan que se produzca un impacto cultural y económico como el que produjo, por ejemplo, la construcción del Museo Guggenheim, en Bilbao.

Por Alberto Armendariz
Fuente y más información: www.lanacion.com.ar

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El gran poeta de las curvas arquitectónicas

Los argentinos logramos contar con un proyecto de Oscar Niemeyer cuando el maestro brasileño llegaba al siglo de vida. Es el Puerto de la Música, el teatro rosarino que aún tropieza con escollos para su materialización. Y será el único en el país, como la mítica casa Curutchet de La Plata es el único proyecto de Le Corbusier construido en la Argentina.
La comparación no es caprichosa, ya que Niemeyer fue no sólo admirador y colaborador del maestro suizo-francés, sino el arquitecto más conceptualmente cercano a Corbu nacido en América latina. Aunque las obras de Niemeyer pasaron de la más pura adhesión al Movimiento Moderno a la poética de las curvas, él fue para los arquitectos argentinos de varias generaciones el indiscutido Corbu de la región.
Su poema a la curva, inspirada en las montañas y ríos de su país, en las olas del mar y en la mujer amada -según sus propias palabras-, y no a la línea recta, en contrapunto al célebre de Le Corbusier, era la necesaria licencia que un arquitecto obsesionado por una producción profesional cuyo valor más alto era la utilidad a la comunidad podía tomarse.
Niemeyer fue para los arquitectos de la región que desde principios de los años 50 se acostumbraron a ver sus obras en publicaciones, y luego quedaron impactados por la síntesis formal de los edificios de Brasilia, en los que rectas y curvas construían un lenguaje de tensiones esenciales, un profesional fuera de todo paradigma.
Cada nuevo proyecto que aparecía no debía perderse de vista. Así, a aquellas primeras imágenes de la iglesia de Pampulha se fueron sumando hitos como las sedes gubernamentales, la catedral y el museo de Brasilia, el de Niteroi y el que lleva su nombre en Curitiba; su única obra en España, el Centro Cultural en Asturias, y nuestro rosarino Puerto de la Música.
Su exilio a mediados de los 60 hizo notar su ausencia, aun de las publicaciones, y su retorno a principios de los 80 animó nuevamente el escenario latinoamericano. Cada nuevo gesto arquitectónico de Niemeyer era una fiesta para los estudiantes y los jóvenes arquitectos que acompañábamos no sólo la frescura de sus trazos fluidos y rápidos, que sin levantar el lápiz del papel construían el perfil de la idea del proyecto, transmitiendo esa libertad que resulta en una obra de arquitectura o una escultura-memorial.
Con su edad avanzada, fue habitual verlo entusiasta por continuar en el trabajo, no sólo de oficina sino también de obra, recorriéndolas, y presentando él mismo los proyectos ante clientes públicos y privados.
Los numerosísimos premios y honores que recibió en los últimos veinte años especialmente no llegan a describir el sentimiento de verdadero cariño -sumado a la descontada admiración- que los arquitectos de la región sentimos por quien supo vincular la humildad de su actitud como profesional y la sencillez de la mejor arquitectura con la expresividad de sus geometrías esenciales nacidas para destacarse -y fundirse a la vez- en el dilatado y vivaz paisaje latinoamericano.

Por Marta García Calvo
Fuente y más información: www.lanacion.com.ar

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Norman Foster recuerda al maestro

Conocí a Oscar Niemeyer hace tres o cuatro años en Río de Janeiro, pero fui consciente de su extraordinario trabajo hace mucho más tiempo, incluso antes de inscribirme en la escuela de arquitectura. Recuerdo el primer deslumbramiento que sentí al toparme con un estilo profundamente particular, rotundamente escultural, decididamente sensual. Resultaba ya fascinante al joven que era entonces cómo la fuerte personalidad de un hombre puede dejar su impronta en los edificios que construye.
Desde sus más tempranas creaciones, como la capilla de Belo Horizonte hasta, sus últimos trabajos, en São Paulo, pasando por la cumbre de su proyecto en Brasilia, resultan memorables del mismo modo en el que lo son las obras de un genuino artista. En su caso, porque en su trabajo el arte se marida excepcionalmente con la arquitectura para guiarnos en una hipnótica procesión por sus edificios, dotados de un extraordinario sentido monumental y una gracia fuera de lo común. Incluso los más pesados parecen flotar, pasar de puntillas por la tierra y mezclarse generosamente con el paisaje.
Una de las cosas más sorprendentes de su trabajo es la capacidad para dotar de intimidad tanto a los grandes proyectos como a los pequeños. De esto último encontré inmejorables pruebas con motivo de mi visita a su casa familiar y a su estudio. En lo personal, mi encuentro con él fue vivificante. Ya entonces había superado los cien años. Se hallaba en perfecta forma (a veces me pregunto medio en broma si el secreto de su juventud no sería su matrimonio a los 98 años con su secretaria). Compartimos una entrevista televisada y durante el tiempo que pasamos juntos dio muestras de su desbordante creatividad, intacta hasta el final, así como de un inagotable interés por las cosas y de la predisposición a compartir conocimiento con uno de sus pares.
Como sucede con los grandes arquitectos, su profesión era su modo de vida, y su pasión y sus principios, asuntos innegociables. Supo situarse desde una atalaya extremadamente personal como parte de la generación de los maestros, la de Mies Van der Rohe, Le Corbusier o Alvar Aalto. Eran hombres capaces de crear edificios perdurables, espacios capaces de movernos emocional e intelectualmente. Cualidades todas que han quedado para las generaciones posteriores como parte del legado de un hombre extraordinario.

Por Norman Foster
Fuente y más información: http://cultura.elpais.com/

lunes, 3 de diciembre de 2012

FRAY LUIS DE LEÓN EN PRISIÓN por Gabriel Zaid (www.letraslibres.com)

 
El encarcelamiento de Fray Luis de León fue producto más de celos entre académicos y habladurías que de una violación a la ortodoxia católica. Su estoicismo y valor son siempre recordados, pero sin conocer los entretelones del juicio que lo llevó a prisión. Zaid, con la guía de Arango y Escandón, revela muchas de las claves de esa historia.

Escribe Gabriel Zaid (*).-

Alejandro Arango y Escandón (1821-1883) fue uno de los fundadores de la Academia Mexicana (hoy de la Lengua), y su segundo director. Editó gramáticas del hebreo y el griego para promover en México el estudio de estas lenguas. Tradujo obras de teatro: El Cid de Corneille y La conjuración de los Pazzi de Alfieri. Conocía también el latín, inglés y alemán.

Como poeta, traductor y jurista, se interesó en el caso de Fray Luis de León. Estudió los documentos del juicio ante la Inquisición y publicó una obra que Marcelino Menéndez Pelayo califica de “preciosa monografía” (Biblioteca de traductores españoles) y “el mejor libro que tenemos acerca de F. Luis de León” (Historia de la poesía hispano-americana).

Tuvo tres ediciones: 1854, 1856 y 1866. Un facsímil de la segunda se vende en Amazon (Proceso del P[adre]. M[aestro]. Fray Luis de León: Ensayo histórico). Es un libro breve y notable por su precisión de juez (Arango fue magistrado del Tribunal de Justicia), su documentación de investigador y su talento narrativo de historiador. Merece una edición crítica.

La prisión de Fray Luis empezó por rivalidades universitarias (publicaciones, nombramientos, honores) complicadas con rivalidades tribales (agustinos, dominicos, jerónimos) y antipatías personales, en el marco de una guerra europea entre renovadores protestantes, renovadores católicos y tradicionalistas que llegó a las armas varias veces entre 1524 y 1648.

El antecedente inmediato fue una junta de maestros universitarios (Salamanca, 1571) para discutir los comentarios bíblicos atribuidos al hebraísta François Vatable, miembro fundador del Collège de France, fallecido en 1547. En la junta, los teólogos “se veían con tal ojeriza unos a otros, que parece trataban más de humillarse mutuamente que de establecer y defender buena y católica doctrina. Las disputas eran frecuentes y de una vehemencia inexplicable, sobre todo entre nuestro Fray Luis y León de Castro, cuya índole áspera y absoluta sufría mal se le contradijese”, dice Arango. Un año antes, Fray Luis, que era más joven, había dado un dictamen poco entusiasta sobre un libro de Castro, con lo que retrasó la publicación. Otro dominico, Bartolomé de Medina, había perdido por sentencia un juicio de apelación promovido por Fray Luis para la sustitución de una cátedra.

Estas circunstancias personales oscurecían “la cuestión del valor de los textos originales” (en hebreo) del Antiguo Testamento frente a la traducción latina que hizo San Jerónimo. Los partidarios de “la verdad hebraica” daban preeminencia a la letra original de las escrituras. Fray Luis profesaba de algún modo esta posición, conocida por Castro durante muchos años sin que la denunciara, porque la compartía. Pero, después de la afrenta editorial que recibió de Fray Luis, decidió señalarlo como jefe de una secta que denigraba la traducción de San Jerónimo, la llamada Vulgata.

Castro se alió con Medina y otros maestros de menor peso para denunciar a Fray Luis en diciembre de 1571. Lo acusaron ante la Inquisición de tener opiniones inaceptables (según lo que se decía que había dicho en clase o en reuniones de maestros) y de traducir sin permiso el Cantar de los Cantares. La acusación del fiscal empezaba con mala leche, como diciendo que su preferencia filológica por “la verdad hebraica” la traía en la sangre:
Ilustres señores: […] Acuso criminalmente al maestro Fray Luis de León, de la orden de San Agustín, catedrático de teología en la Universidad de Salamanca, descendiente de generación de judíos [...] dicho, afirmado y sustentado muchas proposiciones heréticas y escandalosas [...] Primeramente [...] que la edición Vulgata tiene muchas faltas, y que se puede hacer otra mejor [traducción de la Biblia].
Es de suponerse que el fiscal buscó pruebas documentales, y, como no las encontró, presentó testimonios de oídas:

Francisco Cerralvo dijo “haber oído que el maestro León había traducido en romance [español] el Cantar [de los Cantares], y que algunos tenían copias”.

El bachiller Rodríguez, alias “Doctor sutil”, dijo “que le parecía haber oído decir que el maestro León había escrito el texto o los comentarios del Cántico en romance”.

El bachiller Salazar dijo “que había oído hablar con elogio de la versión del Cantar del maestro León, la cual no había leído el declarante; pero que no le contentó lo que alguno le aseguró, a saber: que literalmente era [un canto] de Salomón a la hija de un rey” [no de amor a lo divino].

Don Alonso de Fonseca dijo “que había oído hablar de las disputas y del acto habido en Salamanca acerca de las traducciones de la Escritura” donde Fray Luis tenía por buena “la de San Jerónimo y otros la Vulgata” [son la misma].

Fray Gaspar de Uceda dijo que le pasaron un escrito con opiniones atribuidas a Fray Luis: “Que en ningún lugar del Viejo Testamento había mención de la gloria, que el Cantar era carmen amatorium[un poema erótico] y que San Agustín no había sabido Escritura.”

Lo único fundado de las acusaciones era que Fray Luis tradujo (maravillosamente y con sabrosos comentarios) el Cantar de los Cantares del hebreo al español, sin autorización (puede leerse en la Colección Sepan Cuántos 145 con otras obras y un buen prólogo de Joaquín Antonio Peñalosa); que la traducción había circulado y que en algún pasaje se apartaba de la versión latina de San Jerónimo. Fray Luis lo reconoció, aclarando que era un manuscrito privado (nunca lo dio a la imprenta, ni pensaba hacerlo); que se lo robaron de su celda y lo copiaron; que lo había escrito para una prima suya, monja (que no sabía hebreo ni latín, y le pidió que le explicara ese libro insólito de la Biblia). Dicho sea de paso: es admirable que tanto la religión judía como la cristiana hayan puesto el Cantar de los Cantares en el canon sagrado.

Fray Luis recibió en prisión las acusaciones y las refutó una por una. El fiscal, sabiendo que no tenía pruebas documentales ni testimonios convincentes, propuso algo monstruoso: “Pido sea puesto a cuestión de tormento hasta que enteramente diga la verdad.” El tribunal no se lo concedió, pero dio entrada al proceso.

En espera de la sentencia, que finalmente lo exoneró, estuvo preso cinco años: de marzo de 1572 a diciembre de 1576, con derecho a leer y escribir, pero no a recibir los sacramentos. Se queja en una carta (Obras completas castellanas, Biblioteca de Autores Cristianos):
Ilustres señores: [...] Ha tres años que estoy preso, y todo este tiempo he estado sin el uso de los sacramentos, con detrimento de mi ánima y sin causa que, conforme a derecho, obligase a vuestras mercedes a privarme de ellos. [...] Después de los descargos que he hecho y del juicio y aprobación de los teólogos que para ello han sido llamados, y después de estar ya vistos los méritos deste proceso por vuestras mercedes, no la hay ninguna. Por lo cual pido y suplico a vuestras mercedes, y, si menester es, les encargo la conciencia (pues que no son servidos de pronunciar lo que en este mi negocio tienen definido, y lo dilatan por concluir primero otros procesos que no me tocan o por los respectos que a vuestras mercedes parece, y me tienen preso) que a lo menos no me priven deste bien; sino que me den licencia para confesarme con quien vuestras mercedes señalaren, y para decir misa en esta sala, siquiera de quince en quince días: en lo cual vuestras mercedes harán gran servicio a Dios y a mí grandísimo consuelo.
Arango entra en los detalles técnicos del juicio. Va señalando lo insustancial de las acusaciones. Reproduce parte de las respuestas del acusado, que fue su propio defensor, y exalta su veracidad. Fray Luis fue sumiso ante la Inquisición, pero nunca mintió ni se retractó de sus opiniones filológicas. Su fortaleza hace creíble la famosa anécdota: que, cuando le restituyeron la cátedra y se presentó a darla de nuevo, no hizo comentario alguno sobre la injusticia que había sufrido. Como si nada hubiera pasado, empezó con la fórmula habitual: Dicebamus hesterna die... Decíamos el día de ayer... ~
(*) (Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.
 
 

sábado, 1 de diciembre de 2012

ENTREVISTA A PAUL AUSTER (Diario El Clarín, Revista Ñ)


El reclamo de los jóvenes es claro. Se paran ante nosotros y nos dicen: ‘Ustedes nos arruinaron, no tenemos futuro; estudiamos, nos capacitamos y no tenemos nada. Estamos retrocediendo, no avanzamos. El capitalismo de consumo sólo puede llegar hasta cierto punto.’” La escena sucede en el patio trasero de un café de Brooklyn, Nueva York, y el hombre que habla es el escritor estadounidense Paul Auster, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006 y uno de los autores más prestigiosos de su país, traducido a “43 o 44 idiomas”.

Auster ha publicado dos libros este año: Diario de invierno (Anagrama), unas memorias escritas en segunda persona y “compuestas como una pieza musical” en las que usa su vida como tema “para reflexionar simplemente, sobre lo que implica estar vivo” y Poesía completa (Seix Barral), que reúne los poemas que escribió mucho antes de su éxito global, en los años 70, mientras sobrevivía como traductor del francés. Acaba de terminar otro texto autobiográfico, Report from the Interior , que saldrá en inglés el año que viene y prepara con su amigo, el Nobel sudafricano John Coetzee, un libro que reúne parte de la correspondencia que sostienen desde hace años. “En las primeras cartas Coetzee y yo hablamos mucho sobre la amistad; sobre qué la distingue del amor”, anticipa. “El amor es la gran pasión pero la amistad es fundamental. Es más cortés, más decorosa y menos tumultuosa que el amor. Existen matrimonios, buenos matrimonios incluso, que pelean todo el tiempo. Con un amigo eso sería imposible; la amistad terminaría”. Los amores de Auster tienen nombres y rostros concretos. Hace 35 años se unió a la escritora de origen noruego Siri Hustvedt. Tiene dos hijos, Daniel (de su matrimonio anterior) y Sophie, cantante y compositora quien actuó además en la película que su padre dirigió en 2007, La vida interior de Martin Frost .

Mientras espera que Obama gane las presidenciales del 6 de noviembre (“si no, estaremos en problemas”), entre copas de vino blanco y el humo de sus infaltables cigarritos holandeses, el autor de La trilogía de Nueva York conversó con Ñ sobre política, cambios culturales, violencia y utopías.

Respiramos la globalización y sus efectos. ¿Qué nuevos rostros han adoptado para Ud. los cambios culturales más importantes de la última década en los Estados Unidos?

Le daré mi visión amplia, no mi visión estrecha. Lo que estoy viendo en los últimos años son insurrecciones espontáneas entre los jóvenes de diferentes países del mundo: Rusia, España, Estados Unidos, los países árabes… Y en ello percibo una declaración de los jóvenes diciéndoles a los adultos que el mundo no funciona, que nos hemos llevado a una situación insostenible y que debemos reinventar nuestras vidas. Es un llamado básico a reformar todo lo que hacemos, todo lo que pensamos.

Los movimientos de los que habla, el de los indignados españoles por ejemplo, suscitan dudas entre distintos intelectuales –Zizek entre ellos– en relación con su posibilidad de persistir, debido a la falta de un programa.

Sí y es entendible, porque no hay ninguna organización política entre ellos y por lo tanto los movimientos estallan intensamente y después decaen. Creo que eso debe leerse en un contexto más amplio y profundo. Uno de los problemas es que desde la muerte del marxismo, desde el fracaso de la experiencia soviética, no hay un argumento filosófico contra el statu quo . Porque Marx tenía razón en un montón de cosas, y aunque otras estaban equivocadas, tenía una posición coherente respecto de cómo analizar las deficiencias del capitalismo y lo que el sistema les hacía a los seres humanos. Especialmente el Marx joven al que encuentro muy interesante, muy conmovedor. Ya no hay ningún argumento filosófico contra el capitalismo. Lo que tenemos son diferentes grados: un libre mercado sin restricciones o un capitalismo regulado de una u otra manera, pero nadie tiene una visión alternativa respecto de cómo organizar nuestras vidas. Y por eso seguimos recorriendo los mismos caminos trillados; estamos estancados.

¿Cómo se expresa ese sentimiento aquí?

En el movimiento Occupy Wall Street con su lema “Somos el 99%” en alusión a que el 1% de la población acapara la mayor parte de la riqueza y toma decisiones políticas y económicas cuyas consecuencias afectan a todos. En Estados Unidos es un fenómeno muy interesante.

Hace poco se cumplió un año de su nacimiento, pero ¿sigue vivo el movimiento?

Vagamente, es cierto. Pero estoy esperando que vuelvan los chicos. Quiero que vuelvan.

¿Cómo cree que ha impactado la tecnología en todo esto?

Tiene sus ventajas y sus desventajas. Se supone que la tecnología debe unirnos, pero en realidad nos separa. ¡Qué deprimente es ver que estando con amigos en una cena, cada uno está mirando su smartphone ! Son aparatos que supuestamente deben unir a las personas, pero en general no lo hacen porque la experiencia pasa a ser demasiado mediada. Esto genera grandes problemas y creo que la tecnología está destruyendo cosas que a mí personalmente me importan muchísimo.

¿Cuáles?

Ya no hay más disquerías, por ejemplo. No puedo explicarle la cantidad de horas felices de mi vida que he pasado en disquerías buscando un tema, un single . Y esa idea de revolver bateas… en la computadora no se puede hacer. No sé si la gente dimensiona esto. La experiencia maravillosa de entrar en un espacio donde había 5.000 piezas de música disponibles. Y con la vista se captaba todo: ahora voy a ver la sección de Mozart, ahora voy a ver la sección del jazz. Y se descubrían cosas, cosas que uno no sabía que existían. Ese cambio tuvo impacto en la industria discográfica; la destruyó. Lo veo por mi hija, Sophie, que es cantante. Eso está llegando también a los libros, libro tras libro. Me asusta la idea de un mundo sin librerías y un mundo donde el escritor sea su propio editor.

Tiene una noción un poco oscura del progreso.

Es que es progreso pero a la vez no es progreso. Empeora las cosas, porque todo está más fragmentado que unificado. Las experiencias colectivas. La gente ya no va tanto al cine. Ve las películas en su casa y esa experiencia fantástica de ir al cine y ver la película con otras 200 personas se está volviendo obsoleta.

Sus ejemplos se centraron en lugares: las disquerías, las librerías, el cine. ¿Es eso lo que nos robó la tecnología, la experiencia básica de la espacialidad?

Sí, y las experiencias humanas no mediadas, los contactos que no requieren de artefactos. Pero hay un costado positivo, claro. Debemos decir –y es todo muy reciente– que por otra parte, ahora todo puede registrarse y por lo tanto la mayor parte de la información que recibimos sobre la situación de Siria, y el caos y el baño de sangre que está ocurriendo allí, por ejemplo, proviene de gente que filma los hechos en sus teléfonos celulares, lo envía a cadenas de noticias o lo pone en Internet y podemos verlo, saber, estar allí. Esto es muy bueno y antes no era posible. No parece disminuir la brutalidad o la sed de matar gente pero por lo menos el mundo se entera y quizá pueda actuar.

Le preguntaba por la tecnología porque tengo entendido que usted prefiere pasar sus originales con una máquina de escribir.

Escribo con pluma y luego tipeo en mi Olympia, cada párrafo.

¿No usa computadora?

Sólo para escribir guiones cinematográficos. Tuve una; ya no. No me gusta. No me gusta cómo es el teclado de la computadora al tacto. Mi vieja máquina de escribir tiene cierta resistencia y todo el tiempo está desarrollando sus músculos mientras que la computadora lastima mis manos porque no hay resistencia en las teclas. Todos esos aparatos mecánicos eran maravillosos y mi máquina de escribir, que compré al volver de Francia en 1974, probablemente fue fabricada en 1960 y sigue funcionando estupendamente. Es mucho tiempo. Más de 50 años.

Hemos hablado de globalización, de tecnología, de los cambios que ambas han introducido en la percepción de la vida. Con este marco ¿por dónde diría Ud. que pasa hoy el conocimiento?

Siri Hustvedt, mi esposa, no sólo es novelista; desde hace años está involucrada en el mundo de la neurociencia. Se ha convertido en una figura destacada de ese mundo. Su argumento es – y creo que es brillante– que necesitamos múltiples modelos para entender y actuar sobre el mundo. El error que han cometido muchas veces científicos y pensadores es buscar un modelo único que lo explique todo. Pero no funciona de ese modo, porque a la larga se encuentra la falla y uno se queda sin nada. Hay que seguir acercándose a la vida humana desde múltiples direcciones –filosofía, economía, arte, neurociencias, etc– . Como con las interpretaciones que coexisten de Bartleby, el escribiente , ese cuento infinito de Melville, que leí por primera vez a los 15 años y que me influyó tanto. Admite varias lecturas, todas ellas convincentes. Para algunos hay una respuesta religiosa: Bartleby, este personaje que ante cada petición responde “Preferiría no hacerlo”, es una figura similar a la de Cristo y la cárcel que debe soportar se compara con la crucifixión. Para otros cabe una lectura autobiográfica: Melville escribía sobre sí mismo y Bartleby lo representaría a él como escritor incomprendido. Y hay una lectura psicológica, otra sociológica. Todas son válidas. Cada una tiene algo que agregar a la comprensión de ese relato. Una sola no basta. Creo por ello que no hay una respuesta única: la ciencia no tiene la respuesta, el arte no tiene la respuesta, la filosofía no tiene la respuesta, pero con todo eso junto, podemos pensar quizá cómo dar un nuevo paso para la raza humana y vivir vidas más coherentes. Aunque no soy muy optimista. Siento que hemos ido para atrás en todos los aspectos en este país.

¿Tiene algo que ver su falta de optimismo con los brotes de violencia recientes en los Estados Unidos? Me refiero a la ola de asesinatos que se inició en Aurora con un loco disparando contra la gente en un cine durante el estreno de “Batman”. ¿Qué reflexión le merece todo eso?

Creo que en los Estados Unidos es una cuestión de armas. Pero no es algo simple. Las estadísticas hablan de 270 millones de armas en un país con 311 millones de habitantes. Hay gente enojada en todas partes del mundo pero si no se tiene acceso a las armas, no se puede hacer lo que hicieron estas personas.

¿La respuesta violenta sería una de las marcas de época de la era global?

No, me parece que los hechos de violencia al azar vienen desde hace largo tiempo. Era 1966 cuando Charles Whitman en Austin, en la Universidad de Texas fue hasta la torre del reloj con un rifle y empezó a matar gente que caminaba por el campus. Quince personas murieron y más de treinta resultaron heridas. Fue el primer brote reciente que recuerdo. Mi amigo John Coetzee, el escritor sudafricano ganador del Nobel 2003, estudiaba el doctorado en la Universidad de Texas, y estaba allí cuando eso ocurrió. Tenía 25 años. ¿Cuántos años hace de eso? Imagínese. Hace mucho tiempo y ha pasado una y otra vez. Una de las cosas que más odio de mi país es esta cultura de las armas que tenemos debido a una mala interpretación de la Constitución. Todos en el área del derecho y dentro de la policía quieren el control de las armas, pero como se incluye el derecho en el Bill of Rights , la gente cree que es legal. Aunque la Constitución no dice eso en realidad. Habla del derecho a armar una milicia si alguien nos invadiera. Para mí es triste; es terrible.

En uno de los articulos de “El arte del hambre”, al hablar de la poeta estadounidense Laura Riding, afirma que ella dejó de escribir poesía porque entre la verdad y la belleza eligió la primera. ¿Por qué dejó de hacerlo Ud.? Y en cualquier caso ¿qué entiende por verdad y qué, por belleza?

Para mí no fue una decisión. Fue algo que simplemente no pude hacer más. Me parecía que me repetía y hacia 1979 volví a la narrativa, un género que había escrito sin convicción entre los 19 y los 23 años. Riding, en cambio, tomó una decisión intelectual. Era inflexible, brillante y loca. Y escogió el silencio. Para mí, verdad y belleza son –en el arte– inseparables y se dan cuando el artista toca algo profundamente humano que nos arrastra con el sentimiento de una verdad ganada. Pero opciones hay siempre. Fíjese: Facing the music el título de uno de los libros incluidos en mi Poesía completa se tradujo en castellano como Aceptando las consecuencias , pero quiere decir, en verdad, las dos cosas: es una expresión muy hermosa que alude a la música, pero también a hacerse cargo de la realidad. Cuando alguien delinque y debe afrontar las consecuencias, por ejemplo, se usa esa expresión: Now you have to face the music . Por eso la poesía no se puede traducir, porque de haber dos sentidos hay que elegir y uno .

Hablemos de lo real y de lo posible entonces. ¿Cómo cree que le irá al presidente Obama en las elecciones del 6 de noviembre?

Creo que ganará. Es mi corazonada. Pero no puedo garantizarlo. Si no gana, estamos en problemas porque los republicanos son idiotas, hipócritas y mentirosos. Y lo que tienen para ofrecer a los EE.UU. es cero; nada de nada. Han frenado todo lo que Obama trató de hacer estos cuatro años. Después dicen que no ha hecho lo suficiente. Bueno, no se puede avanzar con nada.

Acaba de terminar un libro y está preparando otro. ¿Confía en la capacidad de la ficción para incidir en la realidad? ¿Pueden los libros cambiar el mundo?

El arte no es una aventura solipsista, es compartir. Es algo que expresa nuestra humanidad común, de allí su importancia. De allí que sigamos leyendo libros y viendo películas y escuchando música. Genios como Dante, Cervantes, Shakespeare son monumentos de artistas que siguen hablándonos cientos de años después de crear, porque lograron unir belleza y verdad. Montaigne, el creador del ensayo, por ejemplo, cambió en el siglo XVI la forma de pensarnos a nosotros mismos. Nadie antes había sido tan honesto en la página. Un libro como Diario de invierno, hubiera sido imposible antes de él. El abrió la puerta a una nueva forma de pensar el ser humano: sin jerarquías, sin religión; el individuo en su propio cuerpo, rodeado por el cosmos. No sé si podemos cambiar el mundo al escribir pero podemos imaginar cómo podríamos cambiarlo. Siempre he encontrado muy interesante la noción de utopía. Es algo irrealizable y nunca ocurrirá, pero es muy revelador hablar con las personas para descubrir quiénes son y cómo quieren que sea el mundo. Me gusta conversar con ellas y proponerles el juego de imaginar qué harían, qué modificarían. Es casi un reto: “Ahora tenés el poder, usalo.”

Por Raquel Garzon

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