martes, 31 de agosto de 2010

DOCTOR ZHIVAGO de DAVID LEAN (GRUPO CÍNECOS, Mar del Plata, Argentina)



Título original: "Dr. Zhivago" (1965)

Dirigida por David Lean; con Omar Sharif, Julie Christie, Ralph Richardson, Geraldine Chaplin, Alec Guinness, Tom Courtenay, Siobhan McKenna, Rod Steiger, Rita Tushingham. Producción: Carlo Ponti. Guión: Robert Bolt, basado en la novela de Boris Pasternak. Música: Maurice Jarre. (200 min.)

La acción dramática tiene lugar en Rusia (Moscú, Yuriatin, Varikino y otras localidades) entre 1905 y 192 ...5. La narración se hace en los años 50, a más de 25 años de distancia. Yuri A. Zhivago (Sharif) es un joven médico moscovita, que contrae matrimonio con Tonya Gromeko (Chaplin) poco antes del inicio de la IGM (1914-18). Con motivo de un servicio profesional en el domicilio de Víctor Komarovsky (Steiger), conoce a Larisa -Lara- Feodorovna Guishar (Christie). Al comenzar la Primera Guerra mundial es movilizado y destinado a un hospital de campaña, donde trabaja Lara como voluntaria de la Cruz Roja. Lara se casa con Pavel “Pasha” Antipov (Courtenay) un joven idealista revolucionario. A Zhivago le profesa gran afecto y le ayuda su hermanastro Yevgraf Zhivago (Guinness). Yuri es idealista, soñador, poeta, sensible, falto de voluntad y reacio a tomar decisiones. Lara es joven, independiente, atractiva, práctica y resistente. Victor Komarovsky es un abogado simpático y oportunista, pragmático y sin principios. Tonya es comprensiva, sacrificada, indulgente y constante en sus cosas. Pavel se entrega con fanatismo al servicio de la Revolución.

El film suma drama, romance y guerra. La exposición del relato se apoya en un narrador, Yevgraf Zhivago, que es quien explica los hechos a una muchacha (Tushingam), que él cree que es la hija de Yuri y Lara. La historia analiza la evolución de un protagonista sensible, aficionado a la creación poética, idealista e impresionable, que se ve enfrentado a acontecimientos que no puede dominar ni controlar, que causan en su ánimo sentimientos de desazón, contrariedad y rechazo.

Sus concepciones sobre el valor personal del goce estético, la necesidad espiritual de la experiencia artística y la importancia de la belleza como valor superior, base de su ideario, que ha expuesto en sus escritos y publicaciones, le enfrentan a las concepciones colectivistas, anti-individualistas y utilitaristas del arte que profesan los bolcheviques. Para preservar la propia vida y la de los suyos, deja Moscú y se refugia en Varikino, población de ficción, situada al pie de los Urales, en la cual está ubicada la mansión veraniega de su suegro. Allí podrá dedicarse a escribir poemas durante un tiempo, que será breve a causa de contratiempos imprevistos e indeseados.

Con motivo de cumplirse el 45º aniversario del estreno de "Dr Zhivago" el Ciclo Otro Cine cumple en homenajearlo con esta versión remasterizada y completa.


Si hablamos de superproducciones en esta encontramos el verdadero sentido de esa palabra, y sin ningún tipo de dudas estaría entre las diez más perfectas de todos los tiempos, es muy difícil encontrar una factura y un acabado más meritorio.

Tres años después de su obra maestra "Lawrence de Arabia", el cineasta británico David Lean, llevó a la gran pantalla, con la colaboración de Robert Bolt ("La Misión", Lawrence de Arabia"), la obra epónima del literato y poeta ruso de tendencias místicas, premio nobel de literatura Boris Pasternak, sobre los contrastes vitales del médico y poeta, Dr. Zhivago, frente a los horrores vividos durante el tumultuoso período de tiempo en su Rusia natal que se inicia aproximadamente en 1912 (marcado por el ocaso del gobierno zarista de Nicolás II) y durante las épocas sucesivas de la primera guerra mundial, la revolución rusa y la subsiguiente guerra civil.

Lean, que quiso abordar otra obra épica del estilo de la anterior ("Lawrence de Arabia"), pero con un marcado carácter romántico, se acordó de aquella polémica novela publicada por primera vez en Italia en 1957, debido a que en su Rusia natal, Pasternak se las tuvo que ver con un resentido gobierno bolchevique.

El productor italiano Carlo Ponti compró los derechos de la obra y contrató a David Lean para plasmarla cinematográficamente, y le propuso así mismo desde un principio a su esposa Sofía Loren para el rol de Lara Antipova, aunque finalmente Lean convenció a Ponti de que la Loren era demasiado alta y voluptuosa para el papel y optó por otro rostro y cuerpo más angelical como el de Julie Christie.

Así mismo Lean estuvo complicado a la hora de los castings, pues por ejemplo para el papel principal del dr Zhivago su primera opción era Peter O'Toole, quien finalmente declinó la invitación, lo mismo que para el papel de Komarovsky, ya que dudó primero entre Marlon Brando y James Mason antes de decantarse por Rod Steiger. Por no hablar de los faraónicos problemas a la hora de buscar localizaciones para el rodaje. Rodada básicamente en España (Madrid y Soria) durante la época franquista, hubo aquella sonada anécdota de los extras de Soria cantando la Internacional por imperativos del guión, ante la atenta mirada de la recelosa polícia represora franquista.

Publicitada como "Un amor sorprendido en el fuego de la revolución" o "En una tierra de hielo y pistolas, en el gran estruendo de la batalla y el más grande silencio de los amantes", la fotografía a cargo de Freddie Young es sencillamente sublime, además de contar con una excelente banda sonora a cargo de Maurice Jarre.

La direcciónes magnífica y el ritmo narrativo, a pesar de las pantagruélicas dimensiones del proyecto, es impecable.

Las grandes historias de amor son las que no duran para siempre. Y eso es "Doctor Zhivago"; una historia de amor con pinceladas de epopeya épica y de película histórica. Una grandísima historia de amor en el turbulento marco de una revolución que marcaría el devenir de Rusia. Todo un clásico.

Obtuvo 5 Oscars sobre 10 nominaciones en 1965: Guión adaptado, dirección artística, fotografía, banda original de sonido y vestuario, y un Globo de Oro a la Mejor Película.

HISTORIA DE UN POLICÍA de JACQUES DERAY (GRUPO CÍNECOS, Mar del Plata, Argentina)


Título original: "Flic Story" (1975)

Dirigida por Jacques Deray; con Alain Delon, Jean-Louis Trintignant y otros -Renato Salvatori, Claudine Auger, Maurice Biraud, André Pousse, Mario David, Paul Crauchet. Música: Claude Bolling. (107 min.)
Por un lado, está Roger Borniche (Alain Delon), un policía distinto a los demás, al cual los gangsters escriben incluso para agradecer su humanidad y que nunca lleva armas. Por otro lado está E ...mile Buisson, un criminal que no duda en matar a sus propios cómplices. Entre los dos, un fantástico duelo.
Este policial negro está basado en una historia real, la del primer Enemigo Público Nº 1 que tuvo la Francia de posguerra, el ladrón y asesino Emile Buisson (interpretado por un magnífico Jean Lois Trintignant), quien fuera capturado, después de años de busqueda, por el policia Roger Borniche (Alain Delon), quien luego escribiría la historia de manera autobiográfica.
Cinematográficamente se trata de un robusto policial repleto de acción y estilo, buena muestra de la manera de hacer francesa, siempre un tanto gélida y distanciada, lacónica y carismática. El artesano Deray (responsable de films como "La Piscina", "Borsalino" o "El derecho a matar) narra en formá clásica y pone su firmeza al servicio de los divos protagonistas, que aquí se intercambian sus papeles/arquetipos, siendo Delon el recto policia insobornable y el "prestigioso" Trintignant (en una interpretación memorable relizada con un estilo impenetrable y gustosamente sádico) el duro gangster. Basicamente "caza del hombre" y enfrentamiento en la cumbre entre dos profesionales dispuestos a cumplir su cometido (parangonados con inteligencia durante todo el desarrollo), muy bien ambientado, acertadamente trepidante y competentemente narrado.

lunes, 30 de agosto de 2010

DESPUES DE 38 AÑOS, LEONARD COHEN EN CINE (Diario EL PAÍS, España)


Con una cara inexpresiva, Leonard Cohen le cuenta al público lo afortunado que se siente por no poseer los derechos de Suzanne, una de sus canciones más conocidas: "No sería justo que la hubiera escrito y que también me hiciera rico con ella". Esto es parte de Bird on a wire. Al más puro estilo Cohen, el cantante tenía planeado retirarse después de la gira de 1972, que comenzó en Tel Aviv y finalizó en la vecina Jerusalén. Su entonces representante, Marty Machat, no quería que la que probablemente iba a ser la última oportunidad de verlo en vivo (el tiempo y la pérdida de los fondos monetarios del cantante demostraron lo contrario) se quedara en el olvido. Así que le pidió a Tony Palmer, director de cine británico, que la rodara. Irónicamente no sirvió para nada, al menos hasta ahora: han pasado más de 38 años para poder ver aquellos pedazos de realidad de un hombre una vez calificado como el mejor depresor no químico del mundo.

El cantautor aparece flirteando con chicas o llorando al final de un concierto
El hallazgo, que ha dado lugar a este documental, resultó de lo más peculiar. Mientras alguien buscaba los negativos de 200 motels, la película que Tony Palmer rodó sobre Frank Zappa, encontraron 294 rollos de negativos pertenecientes a Bird on a wire, que estará a la venta a partir de septiembre, y que nunca antes habían visto la luz: "Pensé que no podría volver a remasterizarlo, por el estado en el que se encontraban las cajas, pero por suerte las mezclas del sonido permanecían intactas. Lo primero que hice fue crear el sonido y después fuimos creando, de las 3.000 pequeñas partes de celuloide que se conservaban en buen estado, un puzle digital gigante. Leonard decía que cuando las cosas iban bien, la música sonaba bien. Lo mejor de esta grabación es que las canciones suenan más emocionales, más extraordinarias, incluso, que las recogidas en sus elepés", explica Tony Palmer, a través del teléfono desde su oficina en Londres.

Pero, ¿cómo pudo estar esta pieza sin ver la luz durante tanto tiempo?: "Después de hacer la primera versión de la película, se la mostramos a Leonard Cohen y pensó que sería demasiado polémica. Yo cometí el error de darles todo el material y que ellos hicieran una segunda versión que les pareciera mucho más adecuada. La hicieron, pero no gustó a nadie y cuando quisieron que yo rehiciera el trabajo, casi todos los negativos estaban destrozados y los demás perdidos".

¿Qué espera a los fans? Un chapuzón desnudo en una piscina del autor de Take this waltz, flirteos con las chicas más guapas que esperaban en la puerta del camerino; las quejas de dos espectadores que, tras los fallos de sonido del concierto en Copenhague, querían su dinero de vuelta, mientras Cohen se lo daba de su bolsillo; incluso las lágrimas del cantautor al finalizar el último concierto. "Leonard no hizo nada especial para la cámara, lo que se ve es lo que pasó".

CARRETERA SIN FIN de Monte Hellman (1971) - Escribe Óscar Contreras para la Revista VENTANA INDISCRETA


Monte Hellman (gonfalonero del cine indie, apadrinado en sus inicios por Roger Corman) dirigió en 1971 (con los auspicios de los Estudios Universal) Two-Lane Blacktop, algo así como Carretera asfaltada en dos direcciones, una estupenda road movie que con punto de vista documental, sobriedad puritana y actuaciones orgánicas semeja un estanque en un jardín Zen, por su paz interna, equilibrio y lirismo supremo. La desnudez mecánica del gesto y las panorámicas inspiradas subsumen los legados del western y los modelos del cine de Robert Bresson, al mismo tiempo. Todo gira alrededor de dos personajes sin nombre (el afamado cantautor country James Taylor y el baterista de los Beach Boys Dennis Wilson) unos “fierreros” (probablemente ex hippies) que conducen un Chevrolet 150 de 1955 acondicionado de forma casera con el que se ganan la vida en duelos de alta velocidad con otros conductores a los que retan y encuentran en el camino. En su recorrido, se cruzan con un piloto apelado GTO (el notable Warren Oates) un tipo en plena crisis de adultez que maneja un “Sierra Yellow” GTO Pontiac 1970 y con el que apuestan una carrera a Washington D.C. En medio de ellos se encuentra una chica sin rumbo (Laurie Bird), una “runaway” que es objeto de deseo y salta de unos a otros. Es claro que Hellman profesa una pasión –acaso un fetichismo- por los automóviles poderosos, reloaded, por “los piques” y por su ética. Se aplica registrando con lentes de focal larga escenas vaciadas, donde los cuerpos y las máquinas en ambientes viales, agrarios, segregan situaciones críticas, modernas. Según el director Richard Linklater, quien profesa una admiración total por Two-Lane Blacktop, se trataría de la última película de los años 60 (a pesar de su estreno en 1971) y también de la primera película del 70, por añadidura, la más inventiva de toda la Historia de Hollywood. Linklater añade que una productora importante de la actualidad jamás financiaría un filme desasosegante, desconcertante, atmosférico e intrigante como éste. Famoso por el plano final que literalmente se quema a la vista mientras el conductor-Wilson y el mecánico-Taylor avanzan en la que será su última carrera. Éste no es un filme para gente que busca confort o distracción. Puede incluso llegar a desconcertar por su fachada de película de acción que no cuaja, pues –a contravía de lo dicho- las carreras de autos son los momentos privilegiados por Hellman, solo al comienzo y al final. A veces importa menos saber quién ha ganado que chekar los ritos que preceden a la misma: las impresiones que dejan los modelos sorprendentes de autos en cada ciudad; los comentarios mecánicos; o el desmontaje de la carrocería del coche para liberarlo de peso superfluo, por ejemplo. La influencia de Two-Lane Blacktop en el cine de Vincent Gallo (The Brown Bunny) y Bruno Dumont (Twenty Nine Palms) es palmaria. No alcanzó a ser un éxito comercial en su momento, no obstante que la Universal esperaba que se convirtiera en un nuevo Busco mi destino. En 2005 fue presentada en copia restaurada en el Festival de Cannes, copia que tuvimos ocasión de ver en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires. Se puede decir Two-Lane Blacktop es una estupenda película de un director poco conocido, independiente absoluto, del que apreciamos también y grandemente A través del huracán (Ride in the Whirlwind, 1967) y El tiroteo (The Shooting, 1967).

domingo, 29 de agosto de 2010

MARIO VARGAS LLOSA HABLA DE SU NUEVA NOVELA "EL SUEÑO DEL CELTA" (Entrevista para el Diario EL PAÍS, España)


http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/nacionalismo/peor/construccion/hombre/elpepirdv/20100829elpepirdv_1/Tes

Escribe Iker Seisdedos.-

Mario Vargas Llosa recoge en su nueva y estupenda novela aquella reflexión del escritor y político uruguayo José Enrique Rodó: "Un hombre es muchos hombres". No digamos ya en el caso de Roger Casement (1864-1916), personaje real inspirador de uno de los lanzamientos más esperados del otoño literario. Diplomático reservado, sir y escritor, temprano relator de derechos humanos, héroe irlandés, traidor británico, torpe estratega militar, homosexual atormentado, reo ajusticiado... De la suma de todos los casement resulta una obra que Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) ha tardado "tres años" en culminar, desde aquel lejano y nebuloso "descubrimiento del personaje en una biografía de Joseph Conrad".

El tiempo se fue en documentar la peripecia de un cónsul británico que, despertado a los horrores del colonialismo de Leopoldo II, viajó por el Congo belga en 1910 para documentar la barbarie con descarnado realismo en el informe que le daría fama (y que ahora rescata Ediciones del Viento en La tragedia del Congo). No fue esa la única amarga denuncia de Casement. La situación de los indígenas al servicio del sistema de la extracción del caucho en la Amazonia mereció otro de sus relatos de estilo aterrador por su exacta sobriedad.

Entregado a la causa nacionalista irlandesa, viajó a Berlín para conspirar contra Reino Unido en plena I Guerra Mundial, participó en el alzamiento del Ulster de 1916 y acabó condenado a morir ahorcado tras tres meses en prisión y un juicio que conmovió a la sociedad británica por el aireamiento de unos diarios repletos de escabrosas aventuras homosexuales cuya autenticidad aún es objeto de debate. "Es un personaje múltiple, con varias biografías que no encajan muy bien", explicaba recientemente Vargas Llosa en su casa de Madrid, donde se mostró tan brillante, preciso y generoso como la lectura de sus libros hacía presagiar. "Fue, sobre todo, uno de los primeros europeos que tienen una conciencia clara de lo que es el colonialismo".


Pregunta. Sorprende el nacionalismo fervoroso de su protagonista. Un atributo poco común en sus héroes...
Respuesta. Siempre he tenido terror de esa forma de fanatismo. El nacionalismo me parece la peor construcción del hombre. Y el caso más extremo de nacionalismo es el nacionalismo cultural. Aunque en ciertas circunstancias puede representar valores libertarios...

P. ¿Hay un buen nacionalismo?
R. En ciertos pueblos aplastados por colonizadores, que aspiran a liberarse del ocupante, el nacionalismo tiene un valor positivo. Pero lo peligroso es cuando se convierte en una ideología. El nacionalismo significa violencia, prejuicios, distorsión de valores. Casement vive la parte más idealista, que es la de la lucha contra el opresor.

P. El libro está repleto, desde su mismo título, de sueños y fantasías.
R. El sueño del celta es un poema que escribió Casement, que era muy mal poeta. A mí las fantasías me sirvieron para tapar los huecos de un personaje enigmático. Y luego están las fantasías políticas. Leopoldo II fue un gran fabricante de sueños; él consigue que le regalen el Congo porque monta una ficción, un mito sobre sí mismo, sus intenciones y sus designios. Por eso Casement se va al Congo, en pos de ese sueño.

P. Y se topa con el horror más absoluto y conradiano, el horror del coronel Kurtz...
R. Es un libro también sobre cómo ciertas circunstancias deshumanizan a los hombres hasta hacerlos monstruos. Eso también lo vivió en el Perú, con el sistema de extracción del caucho. Se cometían las mayores atrocidades desde la impunidad más absoluta. Es como una especie de inmersión en el mal. Casement vive eso y mantiene una distancia, lo escribe, lo documenta y no se vuelve loco.

P. ¿La barbarie de África, que se suele despachar como un continente sin remedio, es heredada?
R. Por supuesto. No hay barbarie comparada a la del colonialismo. Y además deja unas secuelas de las que África nunca se ha podido recuperar. No dejó nada positivo. En otras partes se puede decir que algo quedó...

P. ¿Como en América?
R. Allá se trasladó una parte de Europa que echó raíces. Se recreó una nueva versión de Occidente. Pero en África fue el saqueo por el saqueo. Como eran culturas muy primitivas fueron arrolladas sin ninguna oposición. Fíjese, tanto tiempo después no hay manera de que el Congo se ponga en pie. Leopoldo II ha sido la gran maldición del Congo.

P. Sin olvidar al bestial dictador que fue Mobutu...
R. Les ha tocado lo peor. Tal para cual. Los horrores que hicieron ambos...

P. ¿Diría que la figura de Leopoldo II ha quedado fijada en la historia en su justa envergadura genocida?
R. En Bélgica, no. Sigue teniendo un museo maravilloso, que es una especie de pequeño Versalles. No sabemos cuántas, pero se calcula que murieron 10 millones de personas en su época. Casi como dos veces el Holocausto judío. Es, de hecho, el primer gran Holocausto moderno. Ahí siguen todavía, entre matándose, con ejércitos extranjeros interviniendo en el Congo.

P. ¿Cree, como Robert Kaplan, que hay países incapaces de construir una democracia?
R. En lo inmediato no creo que haya ninguna posibilidad para el Congo. Es el país que peor lo ha pasado en el África y probablemente en el mundo. Hay una fuerza de las Naciones Unidas a la que han dado unas instrucciones completamente disparatadas, yo lo pude comprobar cuando viajé con Médicos Sin Fronteras para escribir un reportaje en El País Semanal. Solo actúan para que se apliquen los acuerdos de paz, pero les prohíben que intervengan en los asuntos internos.

P. Los periódicos informan regularmente de episodios pavorosos como las recientes violaciones en masa acaecidas en Congo ante la pasividad de la ONU.
R. Cuando viajé, un médico me habló de que el gran problema eran las violaciones. Todos violan porque la violación se ha convertido en un arma política, militar. Haces daño al enemigo violando a sus mujeres. Es el objeto más vulnerable, codiciado que hay. Y me impresionó muchísimo. Me contó varios casos espantosos y se echó a llorar. ¡Qué extremos de barbarie! Todo esto lo vio Casement de una manera muy premonitoria. Sus informes son de una enorme riqueza etnológica, antropológica y desde luego política. Luego es muy interesante la evolución del personaje, cómo siendo un anglófilo imperialista y anglicano se hace independentista irlandés y católico. Vive una contradicción permanente siendo diplomático británico se instala en la duplicidad que en realidad es una triplicidad, si se añade el asunto de su homosexualidad. Depende del ángulo desde el que lo mires cambia completamente de sentido, de valencia moral, política.

P. El lector que desconozca el personaje histórico, quedará fascinado con otra dimensión, la novelesca...
R. Siempre va a quedar alrededor de él una gran incertidumbre. ¿Qué cosas son ciertas de las que se le han atribuido? Sobre todo lo relativo a sus escandalosos diarios, está hundido en los fondos de la inteligencia británica. Y en Irlanda, por una parte es considerado un héroe, pero por otra hay una incomodidad absoluta. Nadie lo reivindica abiertamente porque provoca mucho malestar, porque es un país católico, moralista, tradicionalista. Hablas con los independentistas, reconocen que es un héroe y niegan de entrada todo lo que se le ha atribuido.

P. ¿Cree que sus diarios fueron falseados?
R. Es una polémica que siempre está muy viva. Quedan historiadores que sostienen que los diarios son falsificados. Mi impresión tiende a aceptar que si no totalmente, en gran parte son auténticos. Es una cosa de novelista, no de historiador. No había materialmente tiempo para que se hiciera una falsificación ajustada a los pormenores de la vida de Casement. Pasaron tres meses entre que lo apresaron y su ejecución. Por otra parte, las barbaridades que él cuenta, sobre todo las sexuales, es casi imposible que las cometiera sin que lo supieran los de alrededor, sin que fuera la comidilla de la comunidad de colonos. Y luego están las proezas sexuales, técnicamente imposibles...

P. De la novela se deduce que era su forma cobarde y tímida de vivir cosas que no le estaban deparadas.
R. Creo que así fue. Lo más probable es que llevase su homosexualidad de una manera muy reprimida, tomando inmensas precauciones. No solamente la moral, la legalidad victoriana era feroz. Uno podía acabar en la cárcel. Quizá su desfogue eran sus diarios.

P. La historia de Casement nos enseña que, por mucho positivo que uno haga, su imagen pública valdrá lo que sus últimos actos. ¿Llegó a sucederle a usted con su incursión en la política a principios de los noventa?
R. Si tuviera que hacerlo de nuevo no la haría. No lo lamento, ya lo viví. Aprendí cosas... Más negativas que positivas. Pero me sirvió. Normalmente, un intelectual ve de la política lo mejor. No ve la cosa menuda, pequeña, mezquina... todo lo que se relaciona con el poder es muy degradante. Si no quieres que la política sea peor de lo que es, tienes que actuar. Y eso implica, como decía Max Weber, vender el alma al diablo. La política no es para los puros. Es humana en el sentido más terrible de la palabra.

P. El sueño del celta guarda cierta similitud con La fiesta del chivo, parte de la historia como pretexto de ficción...
R. No he hecho nunca novela histórica. No es lo mío ofrecer una versión más o menos animada de los hechos. La historia ha sido para mí siempre una materia prima, para fantasear, para intentar a partir de ahí contar una ficción.

P. Sostiene la periodista cultural Janet Malcolm que toda biografía es un acto de traición...
R. Es un acto frustrante. Sartre dedicó muchos años a escribir sobre Flaubert. En El idiota de la familia trataba de averiguar valiéndose de todos los adelantos intelectuales de nuestra época qué se puede saber hoy sobre un hombre. Escribió tres enormes volúmenes, inmensos, que te tomaba meses leer, al final no había llegado siquiera a Madame Bovary.

P. ¿Hemos de advertir un cierto agotamiento de la vida, de su día a día, como fuente de inspiración en su obra reciente?
R. Una historia que pasa en la literatura no es una historia anterior a la literatura. Es una historia que se vuelve literatura, porque las historias que pasan en la vida suceden no con palabras, sino con hechos. Al volverse literatura, se convierten en otra cosa. Se convierten en una cosa que vale por el vocabulario, la simbología, el estilo, la estructura. La literatura se puede apropiar de todo. Lo que resulta es literatura, no es sociología, historia o política aunque de todo haya en una novela. Lo maravilloso del género novelesco es que es un género caníbal que se apropia de todo y le da otra dimensión.

P. ¿Aún se considera periodista?
R. Escribo en periódicos. Y a veces aún hago periodismo de calle. Fue además una fuente maravillosa de temas, de personajes. No sé qué porcentaje, casi la mitad de las cosas que he escrito provienen de mis tiempos de periodista.
P. ¿En qué trabaja ahora?
R. En un pequeño ensayo, La civilización del espectáculo. Cómo la cultura contemporánea prima el espectáculo. Lo que no pasa por el espectáculo no es cultura.

P. ¿Hay vuelta atrás para eso?
R. No creo que se pueda recuperar. El espectáculo se ha convertido en el valor de nuestra época. Ya no hay valores, nadie sabe qué cosa es buena, qué cosa es mala, qué cosa es bella, qué cosa es fea. Vivimos en una de las épocas más confusas de la historia.

P. Ensayos, obras de teatro, columnas de opinión... ¿No teme que la superproducción le impida estar a su propia altura?
R. Siempre hay miedo a perder el pie. Hay que tratar de mantenerse lúcido, no volverse una ruina humana. Uno hace lo que puede... Lo que no creo que deba pensar un escritor es en retirarse. Si el tiempo te retira, la enfermedad te retira, claro, pero si tienes ilusiones hay que seguir trabajando.

P. Edward Said hablaba del interés de cierto estilo tardío...
R. Sí, claro, pero siempre me ha angustiado mucho la idea de esos escritores que pierden el fuego, se callan. Me sentiría muy desgraciado si no pudiera trabajar. Con el tiempo se pierden capacidades, me temo que sí, pero hay que mantener la lucidez y el espíritu crítico. Perder el espíritu es una enfermedad en la que caen muchos escritores. Es como volverse una estatua en vida.

P. ¿Y el Nobel de Literatura?
R. Pensar en ello es malo para el estilo, tardío o no.

JOE DANTE: "EL CINE DE REMAKES Y SECUELAS ES PURA HOLGAZANERÍA" (Diario EL PAÍS, España)


http://www.elpais.com/articulo/cultura/cine/remakes/secuelas/pura/holgazaneria/elpepucul/20100829elpepucul_1/Tes

Por Toni García.-

"Sí, es cierto, han sido seis años sin hacer nada. ¿Por qué? Digamos que A) no me ofrecían nada interesante, B) estaba muy decepcionado con todo el sistema de estudios que reina en Hollywood, C) había un montón de cosas interesantes por hacer en el mundillo del cable así que eso es lo que finalmente hice: ponerme a hacer televisión". Joe Dante (1946, Nueva Jersey) va al grano, no le gusta la cháchara y parece incómodo con el lugar escogido para hacer las entrevistas, una especie de cabaña edificada sobre las aguas del Lido de Venecia, festival donde el mítico director presenta Miedos 3D (estrenada el pasado viernes), una curiosa reconversión al español del título original, The hole (El agujero) donde cuenta la historia de unos chavales que encuentran un agujero (de ahí el título) en el sótano de la casa donde acaban de mudarse.


Cualquier cinéfilo curioso, con cierta edad o simplemente vivo sonreirá al recordar el historial de Dante, uno de esos nombres que convirtieron los años 80' en la década más imitada y saqueada de la historia del cine. Títulos como Aullidos y Gremlins fueron sus banderas y la demostración de que aquel hombre sabía mucho de cine. "La razón por la que los estudios de Hollywood están tan obsesionados con los 80' es porque la gente que dirige los estudios tiene cierta edad y creen que van a hacer dinero con ese asunto. Estoy seguro de que van a hacer Gremlins 3, también se seguro que la van a hacer sin mi. También sé que podrían hacerla y lanzarla directamente en video, probablemente los efectos especiales serán íntegramente a base de CGI... o igual no. No tengo ni idea y no me importa: ya no estoy en esa historia. Voy a decirte algo de toda esa historia de los remakes, las secuelas y demás: es pura holgazanería. Los estudios no quieren desarrollar nuevos guiones porque eso lleva tiempo y ellos no tienen tiempo para nada, así que miran en sus archivos y piensan "bueno, tenemos los derechos de esto, vamos a hacer algo con ello", no importa que en su momento hiciera dinero o no, eso no tiene ninguna importancia. Simplemente quieren que las cosas se muevan rápido: es lo único que tienen en cuenta".

Zombies molestos con Bush

Dante levantó una gran polvareda en Estados Unidos cuando en su entrega para la serie de televisión Masters of Horror especuló con que sucedería si los soldados muertos en la guerra de Irak se levantaran de sus tumbas para ir a votar: "Estaba cabreadísimo con Bush, no te puedes imaginar cuanto. La cuestión es que cuando ganó Obama me sentí aliviado pero la sensación me duró muy poco y fue sustituida por una inmensa decepción (risas). Nada ha cambiado, la administración actual sigue aplicando un montón de políticas que provienen de los antiguos gestores de la Casa Blanca así que no puedo decir que nada haya cambiado realmente" aclara el realizador mientras mira a su alrededor como si se sintiera un bicho raro. La estructura rechina cada vez que alguien da un paso y al director no le gusta nada, aunque se limita a negar con la cabeza."¿De que hablábamos? Ah sí del 3D... bueno, yo no creo que todas las películas deban ser en tres dimensiones pero con Miedos 3D pensé que tenía un sentido narrativo y el humor y la ironía suficientes para que la cosa pudiese funcionar. Recuerdo que en los años 80' las tres dimensiones eran patéticas, pero ahora con toda esta nueva tecnología -y si la proyección es correcta, lo cual es lo más difícil- todo es más brillante, más trabajado, más relevante, así que pensé que tenía que aprovechar el formato".

Para tratarse de un director que en el pasado era sinónimo de terror adulto sorprende ver a Dante metido en una propuesta de vocación tan adolescente como Miedos 3D. "Sinceramente, creo que en los últimos años se ha explorado excesivamente con las maneras en las que podemos destruir el cuerpo humano, maneras que son limitadas por cierto. Como consecuencia yo he perdido todo interés en la materia y he querido hacer algo distinto, algo que pudieran ver no sólo los fanáticos del cine de terror. Por otro lado siempre me han interesado más los filmes que bucean en el horror psicológico que los que me llenan de sangre. Aun así, he de confesar que me gusta pensar en Miedos 3D como en una auténtica película de terror".

LULA COMO MODELO (Por ALFREDO BARNECHEA, LA MAYORÍA DE UNO, Diario CORREO)


http://www.correoperu.com.pe/correo/columnistas.php?txtEdi_id=4&txtSecci_parent=&txtSecci_id=84&txtNota_id=423280&txtRedac_id=Barnechea

La derecha manejaba bien la economía. La izquierda, y la centroizquierda, administraban el despilfarro.

Este era el lugar común. Pero, por un lado, la crisis internacional mostró que los mercados, sin regulación, se convertían en casinos. Por otro, gobiernos como el de Lula han sido, como lo ha reconocido esta semana Alan Beattie, el editor económico internacional del Financial Times, "un ejemplo exitoso de socialdemocracia en América latina".

Cuando Lula llegó al poder el 2002, los mercados estaban en pánico y castigaban cualquier inversión en Brasil. El Fondo Monetario había prestado 30 mil millones de dólares para tratar de calmar ese desorden. Lula hizo lo que no se esperaba: decidió un superávit fiscal de 4,25 por ciento, mucho más de lo que el FMI reclamaba.

Desde entonces, su gobierno ha sido una mezcla de ortodoxia fiscal, apertura global, crecimiento como consecuencia, pero todo eso acompañado de programas igualmente exitosos contra la pobreza como Hambre Cero y Bolsa Familia.

Así, ocho años después, Brasil es parte de los BRICs y un jugador político global, a veces controversialmente como en su actuación en Irán, pero que está allí para quedarse.

En 1942, Stefan Zweig, refugiado en Petrópolis, donde se suicidaría muy poco después, publicó un librito famoso: Brasil, país del futuro. Los malvados dijeron que efectivamente era el país do futuro... y siempre lo sería, por su mala administración. Lula lo ha convertido en uno de los actores globales del presente.

En parte, hay que reconocerlo, lo ha hecho sobre el trabajo previo del gobierno de Cardoso. Con todo, creo que no es del todo injusto decir que, a diferencia de Cardoso, carioca de nacimiento pero expresión de la élite paulista más afrancesada, que miró un poco por encima del hombro a sus vecinos latinoamericanos (salvo para promover los intereses brasileños en IIRSA), Lula ha cultivado más "horizontalmente" la región.

Falta saber, todavía, cómo Brasil manejará su nueva riqueza petrolera y gasífera. ¿Vivirá una réplica de la "enfermedad holandesa" (cuando los descubrimientos del mar del Norte ahogaron la economía de Holanda), o seguirá el exitoso modelo de Noruega? En cualquier caso, Lula y el PT han entrado ya en la historia de Brasil.

El sistema moderno de partidos brasileños procede en el fondo de Getulio Vargas. Desde la caída de Pedro II y el Imperio hasta Vargas, hubo la "República Velha", la república vieja. Getulio Vargas la reemplazó en 1930 con su Estado Novo, que duró hasta 1945. Al renunciar a la Presidencia, dejó, no uno, sino dos partidos, que están en el origen de muchas formaciones políticas brasileñas: el PSD, el partido de los "tenentistas", que agrupaba más bien a sus burócratas, y del que salió Juscelino Kubitschek; y el partido trabalhista, que agrupaba a su base más popular, del que surgió más tarde Jango Goulart. En 1956 Kubitschek reunió las dos formaciones cuando le propuso a Goulart que fuera su vicepresidente.

El PT de Lula ha sido una creación igualmente ingeniosa: sindicalistas, ex guerrilleros, profesionales de clase media, teólogos de la liberación, entre muchos componentes. Pero no se le entendería sin su conexión profunda con Sao Paulo. De alguna manera, Lula es la expresión "alternativa" del "establecimiento" paulista.

El Brasil moderno procede de Kubitschek, acaso el más grande Presidente latinoamericano de todos los tiempos, cuando ofreció, y casi cumplió, "hacer cincuenta años en cinco". Lula ha continuado la estela de Kubitschek, la de los presidentes "activistas". Ambos introdujeron en la política un talante radicalmente optimista, que conectó con esa voracidad del futuro de la historia brasileña.

Lula deja un formidable modelo para los socialdemócratas latinoamericanos. Al mismo tiempo, sirve como un extraño imán para gente que viene de tradiciones originalmente distintas: en él pueden reconocerse apristas, ex marxistas, o cristianos progresistas.

El Perú no es Brasil, que tiene 8 millones y medio de kilómetros cuadrados, contra nuestro millón doscientos ochenta y cinco mil kilómetros cuadrados, un quince por ciento de la extensión brasileña. Pero, a diferencia de las grandes extensiones que hacen del Brasil una potencia agrícola mundial, nuestro territorio se va para arriba, por lo que somos, o podemos ser, una potencia minera. Si lo "achatáramos" acaso sería del tamaño de Brasil. Por eso la discusión y el uso de esa "renta natural" es el tema crucial de nuestra economía desde tiempos coloniales. ¿Cómo la usamos? ¿Para despilfarrarla en el populismo, o para financiar, por qué no, un modelo socialdemócrata como el danés, que combina flexibilidad laboral con seguros de desempleo y, en general, un Estado del Bienestar? Acaso esta pregunta apunte a nuestro dilema de fondo. Un dilema en el que la experiencia de Lula sirve como un modelo enormemente inspirador.

sábado, 28 de agosto de 2010

NUESTRAS PELÍCULAS PREFERIDAS, Por Óscar Contreras (publicado en la Revista VENTANA INDISCRETA)


Escribe Óscar Contreras.-

Érase una vez en América (Once upon time in America, 1984) es una película maravillosa. Sus dimensiones artísticas enormes, totales, épicas, contienen una historia de amistad, traición y muerte de poco más de cuatro horas que sintetizan el siglo XX americano. Al igual que Amanecer de Murnau, El mundo marcha de Vidor, Héroes olvidados de Walsh y Buenos muchachos de Scorsese, todo es presente y pasado, nostalgia y modernidad, en un Nueva York en tres tiempos (1911, 1922 y 1968); ciudad cosmopolita, industriosa y multiétnica, donde las relaciones criminales y románticas de unos amigos judíos -desde sus días como pillos infantiles hasta su encumbramiento como gángsters temibles- se sostienen en la ilusión de éxito y en el juramento de lealtad. Que tan pronto se traicionan se refunden debajo de gestos altivos y silencios culposos. La adaptación de The Hoods, la novela autobiográfica de Harry Grey (guionizada en algún momento por el escritor John Millius) se convirtió en la obsesión del director italiano Sergio Leone; un artista exagerado y magistral que luchó titánicamente por construir y preservar su estructura narrativa compleja, quebrada, a partir de flashbacks intempestivos y suspensiones extrañas, a la manera de un gran sueño de opio. Y literalmente entregó la vida por eso (murió a los 60 años de un infarto) pues no soportó que la distribución norteamericana tasajeara su filme de seis horas, reduciéndolo a poco más de dos y con un orden narrativo cronológico. Érase una vez en América tuvo muy malas críticas en los Estados Unidos al momento de su estreno (fue considerada la peor película de 1984 por alguna publicación) y solo el tiempo se encargó de reivindicar su magnificencia a partir de la edición de cuatro horas (que es el corte europeo) que recomendamos y no nos cansamos de ver en la Filmoteca de Lima del Museo de Arte, en los noventa. Sus atributos audiovisuales nostálgicamente sobrecogedores; recreadores de una épica urbana exquisita; pletóricos de romanticismo (la fotografía de Tonino Delli Colli y la música de Ennio Morricone) derivan de una maceración pausada y de una concepción de la modernidad bastante avanzada. Como estudiantes de Derecho, queríamos entrañablemente a Sergio Leone y Érase una vez en América. Y ayer como hoy, queremos la materia joven de la que está hecha: Robert De Niro, James Woods, Elizabeth McGovern, Jennifer Connelly y Tuesday Weld. Porque ésta es una película sobre la pérdida de la juventud. Motivo dramático que obsesionaba grandemente a Orson Welles, quién aplicó todo su poder en una adaptación parisina de la novela de Franz Kafka de título El Proceso (The trial, 1962). El uso magistral de los lentes deformantes, de los ángulos picados y contrapicados, de la profundidad de campo, de las luces y sombras de reminiscencias expresionistas (probablemente los signos distintivos e indelebles del director de Los Magníficos Ambersons) además de reivindicar la novela de Kafka, el pensamiento de Kierkergaard y la metáfora de la indefensión humana (el hostigamiento, detención, proceso y ejecución de Joseph K) generó en nosotros un extraño efecto depresógeno e inspirador. Dosis magnífica que repetimos con dos directores seminales, distintos y muy queridos: John Ford y Akira Kurosawa. Qué verde era mi valle (How green was my valley, 1941) y Vivir (Ikiru, 1952) tienen un lugar especial en nuestro pensamiento; se construyen proporcionalmente en la modernidad y el clasicismo, en lo agrario y lo urbano, en el poder de la realidad y en el poder de la imagen. La familia Morgan (Walter Pidgeon, Maureen O´Hara, Donald Crisp, Roddy McDowall, Sara Allgood) en el enclave minero de Gales de principios de siglo XX; y el burócrata Watanabe (Takashi Shimura … “que estás en los cielos”) agonizando y triunfando después de la muerte en el Tokio capitalista de los años cincuenta, debe ser de lo más conmovedor que ha dado el cine en cien años (con todas las referencias intertextuales a las hermanas Brontë y a Nicolás Gogol, respectivamente). La familia nuclear y las tradiciones, los estamentos y los inmigrantes; así como la movilidad social, las disonancias generacionales y las enfermedades del espíritu, se integran en las películas de James Gray, que dicho sea de paso son notables (Little Odessa, La traición, Los dueños de la noche). Su último opus, Two Lovers (2008) debe ser una de las mejores películas del siglo XXI. Llena de sofisticación, expresividad, ternura y tribulación que la hacen entrañable. Queremos mucho a Gray y Two Lovers porque asume riesgos supremos. Por ejemplo, comunicar las luces y sombras de Leonard (notable Joaquin Phoenix); un muchacho judío, bipolar, quien se debate entre los amores de las bellas Gwyneth Paltrow y Vinessa Shaw; y debe reconducir sus euforias y depresiones, sus traumas y debilidades, con hombría y nobleza ¿Cómo se puede dejar de querer la inteligencia, el romanticismo y la modernidad?