jueves, 3 de mayo de 2012

EL INGENIERO DE SONIDO GEOFF EMERIC HABLA DE LOS BEATLES (Diario La Nación)





"Quiero que mi voz suene como el Dalái Lama cantando desde la cumbre de una montaña..." Eso le pidió de entrada John Lennon a Geoff Emerick, para el tema "Tomorrow Never Knows", durante la grabación del álbum Revolver (1966).


Aunque había sido ayudante de sesiones anteriores, ése fue el debut oficial de Emerick como ingeniero de sonido de los Beatles. Después de entrar en pánico unos segundos, utilizó por primera vez un amplificador con dos altavoces llamado Leslie para obtener efectos como el vibrato (a partir de la voz), y el sistema de grabación ADT, para duplicar el sonido vocal. Gracias a estas experimentaciones, el disco se convirtió en uno de los más influyentes de la banda y el técnico ganó su primer Grammy.

Según relata Emerick en El sonido de los Beatles (Indicios, 2012), libro que escribió con la ayuda del veterano periodista Howard Massey y que acaba de ser presentado en la Argentina, no sería la última vez que Lennon le plantearía algo así. Mientras Paul McCartney solía decir cosas como "esta canción necesita metales y timbales", su compañero, más amante de las expresiones vagas, soltaba un "que suene como James Dean andando en moto a gran velocidad por la autopista".

La colaboración de Emerick con los Beatles comenzó después de la famosa gira por Estados Unidos, en la que Lennon declaró que eran más populares que Jesús. Entonces, habían decidido que no harían más tours en vivo. El afán del grupo por superar sus propios límites e incorporar otras sonoridades, aparte de guitarras, bajos y baterías, coincidió con el espíritu pionero de Emerick, que entonces tenía 19 años y estaba dispuesto a desafiar las normas estrictas que imponían los estudios EMI, en Abbey Road.

De eso habla el ingeniero londinense en las 412 páginas de su libro, prologado por otro artista británico con el que ha trabajado: Elvis Costello. Como observador de primera mano, Emerick, quien acompañó a los Beatles en su camino a la fama (y de pasó dejó su marca en otros tres títulos imprescindibles: Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band , el Álbum blanco y Abbey Road ), recrea sus experiencias en la sala de grabación. Si bien no hace grandes revelaciones sobre la banda de Liverpool, sí muestra el costado más amargo de George Harrison ("quien recién vino a encontrarse en 1969 con Abbey Road") y cuestiona el rol del productor George Martin, a quien, según dice, los "Fabulosos Cuatro" siempre trataron como un ayudante, nunca como un igual.

Su relato es un manjar para los fans de la agrupación, ya que además de detallar las creaciones musicales y los ensayos sonoros de placas como Sgt. Pepper's (1966, el mejor álbum de todos los tiempos, según la revista Rolling Stone ), grafica las personalidades de cada beatle. También, los tira y afloja que se sucedieron a puertas cerradas, sobre todo, en las deprimentes y tensas sesiones del Álbum blanco (1968).

Desde el comienzo Emerick deja claro que, para él, los artistas del conjunto eran John y Paul. "La visión de mucha gente sobre la colaboración entre Lennon y McCartney suele ser muy simplista: que Lennon era el rockero duro y dispuesto a todo, mientras McCartney era el blando y sentimental. Si bien parte de eso era cierto, la relación entre ellos era mucho más profunda... John era la única persona del mundo que podía decirle a Paul: Esta canción es una mierda', y que Paul lo aceptara. A su vez, Paul era el único que podía mirar a los ojos a John y decirle: Has ido demasiado lejos'", apunta el autor en su libro.

Según dice, Paul era el más detallista, versátil y simpático de todos. John, el divertido, cáustico e impaciente, que siempre quería que su voz se escuchara distinta. George, el suspicaz, que hacía comentarios insidiosos, y que al principio no lograba tocar un solo de guitarra de corrido. Y Ringo, una especie de colaborador, con un sentido del humor particular, y que sólo abría la boca cuando realmente tenía algo que decir.

Con sorprendente detalle, Emerick aporta recuerdos vívidos de su experiencia con unos veinteañeros que, en los años 60, eran músicos que trabajaban arduamente. Al comienzo, bien temprano por las mañanas, y luego cada vez más tarde. Y con consideraciones mínimas por parte de los ejecutivos de EMI, que los miraban como "bichos raros", y por las noches, ni siquiera les dejaban abierta la cocina para que tuvieran leche con que acompañar su "té inglés".

Desde su casa en Los Ángeles, donde vive hace 34 años, Geoff Emerick hace un alto en sus tareas de ingeniero de sonido independiente para levantar el teléfono y contestar unas preguntas. Al hablar, este hombre, alguna vez apodado "Golden Ears" por su talento auditivo, aún conserva dos cosas de origen: el acento londinense y su pasión por los Beatles.

-¿Por qué publicó su libro tantos años después de la ruptura del grupo?
-Hace tiempo fantaseaba con la idea de escribir un libro, una recolección personal de lo que había vivido, pero no sabía cómo encararlo. Y no quería hacerlo mal. Conocí a Howard Massey porque me entrevistó un par de veces, una de ellas para una nota de la revista EQ sobre Philip Glass. Me gustaba como escribía, y decidimos hacerlo. En total, nos demoramos cinco años.

-¿Qué significan los Beatles para usted?
-Un montón de cosas. Así como yo contribuí a dar forma a su sonido, ellos moldearon mi carrera. La primera vez que los vi fue en 1962, cuando recién comenzaban, y yo también. Al año siguiente se convirtieron en el grupo más importante de Inglaterra. Ellos tenían algo especial. Una actitud que los hacía diferenciarse. También en la música. Cambiaron la forma de grabar discos. Esto, junto con las estructuras de sus canciones, fue una revolución musical. Recién ahora uno se da cuenta de la importancia de Sgt. Pepper's , un disco con el que los Beatles empujaron las fronteras de todo. Entonces, yo era un muchacho; para mí era algo divertido, y que sonaba bien, por supuesto.

-¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de ellos?
-Recuerdo la primera sesión en que los vi, cuando George Martin oficiaba como maestro de escuela, realmente. Al final de la grabación, dijo: "No sé si alguien quiere decir algo". Y GeorgeHarrison respondió: "Sí, no me gusta tu corbata". Eso grafica cómo eran.

-El título en inglés de su libro es Here, There and Everywhere , una de sus canciones favoritas del grupo. ¿Con cuáles otras se queda?
-Tengo recuerdos de todas, en realidad. Pero te diría: "For No One", "Strawberry Fields", "All You Need Is Love", y, por supuesto, "A Day in the Life", por todo lo que implicó (los fragmentos que escribieron John y Paul por separado, la orquesta adicional, el sonido fortuito de un despertador, etc.) y porque tan pronto como John comenzaba a cantar, uno sentía escalofríos.

-En su libro, dice que le sorprendió descubrir la faceta baladista de John con "Across the Universe" (1968).
-Es una de las melodías más mágicas de Lennon. Él era un genio que había vivido una infancia dura, y que podía ser antipático, y, por otro lado, tenía una voz muy dulce. Como que la voz no correspondía al hombre, por momentos, ¿sabés? Creo que hacía canciones como ésas pensando en su pasado.

-¿En algún momento se sintió intimidado por los Beatles?
-No. Muchas sesiones las hicimos en el estudio 2, cuyas salas de control y de grabación estaban separadas por una escalera. Eso formaba una especie de barrera natural. Nosotros estábamos arriba y ellos abajo, grabando. Al comienzo, había una suerte de fricción solapada. Un tema de actitud Entonces, todas las bandas destacadas eran londinenses. Ellos venían de Liverpool y tenían esa pose de clase trabajadora del norte, y nosotros éramos de la clase media de Londres. Afortunadamente, después se rompió el hielo.

-Con Paul Mc Cartney, grabaron Band on the Run (1973). También se hicieron amigos. ¿Aún están en contacto?
-Sí, supervisé la presentación con que cerró la última edición de losGrammy. Y asistí a un par de sesiones informales de grabación de su nuevo disco de jazz ( Kisses on the Bottom ).

-¿En qué anda usted ahora?
-Estoy trabajando con Tony Kaye, director de American History X , en el soundtrack de Attachment , con Sharon Stone como protagonista. También trabajo con una banda legendaria: America, y con Art Garfunkel.

-¿Y siente el mismo tipo de júbilo que cuando trabajaba con los Beatles?
-Sí, porque los admiro...

-¿Recibió comentarios de Paul o Ringo por su libro?
-No quise preguntarles nada, ni antes ni después, porque era mi proyecto personal y mis sentimientos, y no quería sentirme influenciado. Yo me siento muy afortunado de haber estado en el lugar correcto en el momento adecuado. Entonces, era un jovencito que quería hacer música...

-Usted dice que no se imaginaba que los Beatles se iban a separar luego de Abbey Road (1969)
-No, aunque ellos se sentían incómodos cuando estaban juntos, y las cosas habían estado mal en la grabación del Álbum blanco , y yo sabía que habían empeorado en Let It Be (disco del que no participé), en Abbey Road , como digo en mi libro, los Beatles de sus comienzos estaban volviendo. Tenían su propio estudio, Apple, para grabar los discos que quisieran? Cuando se separaron, nadie lo quería creer. Y mucho menos sus fans.

-¿El Álbum blanco fue un infierno?
-Sí, al menos para mí? Ellos habían vuelto de la India convertidos en otras personas. Personas enojadas y fastidiadas unas con otras. Había mucha agresión entre unos y otros, y en el aire.

-Entonces apareció Yoko Ono... Es chocante cuando cuenta que ella acompañaba a Lennon hasta al baño y se quedaba esperándolo afuera, sentada en el piso.
-Sí. Estábamos con George Martin y mi asistente en la sala de grabación y John entró y la dejó ahí. Y ella no dijo ni una sola palabra. De hecho, nunca decía nada. Sólo abría la boca para dirigirse a John. Y luego se instaló a su lado en el estudio, y no volvió a moverse de ahí.

-¿Piensa que fue juzgada mal por los fans?
-En cierto sentido sí. Instalarse con la cama en el estudio, mientras grabábamos Abbey Road fue incómodo para todos. Todo el mundo tendió a culparla por la separación de los Beatles, pero ella sólo fue una pequeña parte. Había muchos otros problemas, en el campo de los negocios. John, influenciado por Yoko, quería ir en una dirección más artística, Paul quería seguir haciendo rock & pop , y George quería hacer su camino propio.

-¿Habló alguna vez de esos tiempos difíciles con McCartney?
-No, sólo de los buenos tiempos. Supongo que es con lo que, finalmente, uno se queda.

John, Paul, George y Ringo, en primer plano

"Desde el día que nos conocimos, Paul me pareció una persona cálida y genuina. No se daba aires, pero sabía lo que quería, y, lo que es más importante, sabía salirse con la suya con diplomacia y sin necesidad de bravatas. En ese sentido, parecía realmente el líder de los Beatles, en lugar de John, como se suele creer. Estaba claro que era el músico ´puro' de los Beatles, tocaba bien muchos instrumentos diferentes, y cuando no estaba tocando, hablaba de música?"

"John era el más complejo de los cuatro. Los otros tres beatles tenían personalidades más estables y consistentes, aunque no compartieran su curiosidad intelectual. Cuando estaba de buen humor (que era la mayor parte del tiempo) podía ser dulce, encantador, afectuoso e increíblemente divertido. Pero tenía un humor cambiante, y en un mal momento, podía ser mordaz y desagradable? Me parecía muy inseguro. No tengo muy claro cuál podía ser la causa de dicha inseguridad, a no ser que fuera la rivalidad a la hora de componer canciones que mantenía con Paul? En cierto modo, John era un poco ingenuo. Todo lo que hacía tenía un cariz militante, había que hacer las cosas para apoyar esto o en contra de lo de más allá? Nunca podías tener una charla relajada con él? Era muy polémico. Pero también era muy auténtico."

"George Harrison fue siempre un misterio. Adusto y carente de humor, se quejaba mucho, y siempre parecía desconfiar de los que no pertenecieran al círculo íntimo de los Beatles. Era un solitario, un intruso, a su manera. Ringo y él parecían haber desarrollado una fuerte amistad, y a menudo lo veía arrimado a Lennon, trabajando en los arreglos de guitarra, pero nunca vi que hubiera una interacción positiva entre Paul y George. Paul ponía los ojos en blanco en las numerosas ocasiones en que el pobre George batallaba sin éxito con un solo o una parte solista. Probablemente, Paul pensaba que él podría haber tocado el arreglo más deprisa y mejor. Para ser justos, Harrison se enfrentaba a una batalla perdida de antemano ante el enorme talento de John y Paul... "

"Ringo era callado como un ratón. Podía ser ingenioso y encantador, pero también tenía un sentido del humor muy sarcástico. Utilizaba el sarcasmo para disimular la inseguridad. Precisamente porque hablaba poco, cuando expresaba una opinión musical, tenía más contundencia. Curiosamente, lo invadía el pánico cuando tenía que hacer un redoble de batería (y también cuando le tocaba cantar). Esa falta de confianza llegó a formar parte de su estilo, pero hay otra explicación para la insólita cualidad de sus redobles: no son rápidos y a menudo van un poco retrasados respecto del tempo de la canción. Esto no se debe a que no fuera bueno con el tempo (lo era) sino a que no era un hombre físicamente fuerte. Le llevaba cierto tiempo mover los brazos arriba y abajo, y por eso los redobles parecen tan relajados."

Por Francia Fernández
Fuente: ADN
Más información: http://www.lanacion.com.ar/

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