sábado, 6 de marzo de 2010

LA NUEVA PELÍCULA DE SCORSESE: SHUTTER ISLAND (The New York Times)


El inminente estreno de Shutter Island el nuevo filme de Martin Scorsese, nos lleva a reproducir este artículo informativo del New York Times, que señala una nueva apuesta del director de Taxi Driver y Buenos muchachos por el género, en este caso por el thriller detectivesco con reminiscensias de Shock corridor.

Por Terrence Rafferty - The New York Times



"Shutter Island", el oscuro y sinuoso thriller policial de Martin Scorsese transcurre en 1954, en pleno florecimiento de lo que W.H. Auden había llamado, apenas unos años antes, la Era de la Ansiedad. "No sé, estaré clavado en esa época", dijo hace poco Scorsese, con cierto aire cansado mientras hablaba de una película que "empezó como un entretenimiento, aunque supongo que no sé lo que es eso", dijo. "Siempre parece convertirse en otra cosa".


"Con 'Los Infiltrados' pasó lo mismo", agregó. Actualmente tiene 67 años y, ha tenido, se mire por donde se mire, una década todo lo satisfactoria que puede esperar un realizador de su edad y su experiencia.

Hace tres años " Los Infiltrados" le valió el primer Osear, después de más de cuatro décadas haciendo películas; puede permitirse descansar. Pero al parecer, sigue resuelto a continuar realizando el tipo de película que, como "Shutter Island" se convierte en "otra cosa".

Basada en una novela de misterio excepcionalmente espinosa de Dennis Lehane, publicada en 2003, "Shutter Island" exhibe con orgullo, y hasta con provocación, su "ser otra cosa". Es una verdadera rareza, tan atípica, aislada y enigmática como la isla sombría y lluviosa donde se desarrolla la acción. El héroe, un alguacil federal llamado Teddy Daniels (Leonardo DiCaprio) es un alma atormentada. Los trastornos emocionales de Teddy se manifiestan, durante la mayor parte de la película, como pesadillas terribles - muchas de ellas sobre su esposa muerta - y migrañas.

"Cuando leí el guión, el personaje me impactó, pude comprenderlo muy bien", dijo Scorsese.


Teddy, acompañado por su compañero curiosamente pasivo Chuck (Mark Ruffalo), está en Shutter Island para investigar una desaparición. Este pedazo de piedra poco atractivo en el Boston Harbor, alberga un manicomio de criminales dementes, una de las cuales desapareció de alguna manera de su celda. Cerca del comienzo nos enteramos de que Teddy podría tener otra idea en mente: el hombre que él considera asesino de su esposa podría estar detenido allí, y sospecha de los motivos del personal psiquiátrico del manicomio.

Lo que hace a "Shutter Island" tan peculiar como para que este director la haya llevado al cine no es el perturbado protagonista, o la mecánica argumental de la película detectivesca. Es la claustrofobia, esa estructura herméticamente cerrada y fija que resulta tan inusual para Scorsese, cuyas películas generalmente son mucho más expansivas. Como explicó DiCaprio, que protagonizó los cuatro largometrajes no documentales que dirigió Scorsese desde 2002, "Con guiones como 'Pandillas de Nueva York' y 'El Aviador' hay un poco más de flexibilidad, se pueden hacer cosas para redefinir al personaje, pero en guiones como los de 'Shutter Island', son demasiados los segmentos que están entrelazados. Si se saca una parte, la historia empieza a desmoronarse".

La mayor parte de la película fue filmada en una institución mental abandonada en Medfield, Massachusetts, que daba, dijo Scorsese, "la sensación de una trampa, un laberinto - un laberinto de la mente, que es lo que yo quería".

Las películas de Scorsese siempre se han nutrido de la energía nerviosa y de aumentos enormes de adrenalina, y es casi imposible imaginarlo prescindiendo de algún tipo de turbulencia emocional, aunque deba inducirla a pura fuerza de voluntad. O a veces puede recurrir a estimulantes. Para el cine de Scorsese, las drogas por excelencia son principalmente los recuerdos de viejas películas.

"Me encanta el recuerdo", dijo. "Es decir, soy un conservacionista". De modo que, cuando habla de "Shutter Island", inevitablemente necesita también hablar de películas recordadas como las de Jacques Tourneur, que dirigió el complejo film noir fantasmal "Out of the Past" (Retorno al pasado -1947). "Me gusta ver 'Out of the Past' una y otra vez, dijo, porque nunca sé exactamente dónde estoy. No sé cuál es el comienzo, el medio o el final".

Ese nerviosismo de no saber exactamente dónde estamos, al comienzo, en el medio o al final, parece en cierto modo absolutamente vital para Scorsese que, pese a estar más cerca del final de su carrera, durante la última década ha realizado películas con el vigor vibrante de un principiante, probando diferentes géneros, diferentes sonidos, diferentes actores (manteniendo siempre a DiCaprio) en un intento audaz por mantenerse lo suficientemente desorientado como para crear una suerte de otra cosa. Encuentra la manera de mantenerse recargado, por el medio que fuere, aunque implique hacer una película tan implacablemente barroca e interior como "Shutter Island", con la arquitectura pesadillesca de una prisión de Piranesi. Cualquier cosa que funcione. Y lo que funciona para Scorsese, en general, es alguna forma de incomodidad. Podrá o no estar atascado en los '50, pero para él todo tiempo es siempre, de una u otra manera, una era de ansiedad.

Fuente: Clarín
Más información: http://www.clarin.com/

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