Se vienen U2, Pearl Jam, Foo Fighters y Paul McCartney.
Ojo empresarios. Ojo aficionados, programen sus gastos.
Escribe Alejandro Lingenti.-
http://www.perfil.com/
La impensada suspensión del show de Aerosmith -que iba a realizarse en el Hipódromo de San Isidro, para luego privilegiar presentarse en Porto Alegre- reavivó la polémica y disparó el interrogante: ¿se terminan los megashows en Buenos Aires? Hace unas semanas, un fallo de la Justicia canceló temporalmente los recitales en River, debido a las quejas de los vecinos, que aseguran sentir las vibraciones que causa el público cuando salta sobre el césped. El Gobierno porteño, encabezado por Mauricio Macri, sostuvo que hace falta realizar más conciertos para chequear la cantidad de público que puede albergar un recital sin que ruidos y vibraciones afecten a los vecinos ni dañen las estructuras de los edificios lindantes.
Vibraciones. Time For Fun (T4F), una de las productoras que más conciertos de esta envergadura organizan en el país (la otra es Fénix, que por lo general usa el estadio de Vélez), encargó un estudio de impacto ambiental cuyos resultados debe evaluar la Justicia. La compañía acaba de cambiar de plana gerencial, por lo que ha preferido mantener la reserva respecto de futuras acciones, ante la consulta de PERFIL. Sí se sabe que la relación con el Gobierno de la Ciudad y con las autoridades de River es buena y que se estudia la colocación de un piso especial para los conciertos, con la idea de amortiguar las vibraciones que perturban a los vecinos.
El último show que se hizo en River fue el de la banda inglesa Coldplay, en febrero de este año. Es probable que las dos próximas visitas importantes sean las de los irlandeses de U2 -que arrancaron la gira mundial 360° Tour sponsoreada por Blackberry en junio del año pasado, en el Camp Nou de Barcelona, pasarán en junio y julio por los Estados Unidos, Europa en agosto, septiembre y octubre y estarían en Buenos Aires durante el próximo verano (días atrás estuvieron algunos técnicos de los irlandeses realizando algunos estudios)-, Pearl Jam -que tiene confirmados varios shows en Europa- y Foo Fighters -que llegaría al país en octubre-.
En los estudios encargados a la Universidad de Buenos Aires que el Gobierno porteño difundió hace unos meses (realizados en shows de AC/DC y Metallica), los resultados parciales sostienen que "se percibieron ondas de aceleración horizontal que pueden ser molestas pero no riesgosas para la salud de los vecinos". Tanto el Gobierno porteño como la gente de T4F confían en que la situación se destrabe en breve, con los trabajos de acondicionamiento del estadio de River, "el único que reúne las condiciones necesarias para shows de primer nivel internacional", según la productora. La evaluación de impacto ambiental en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentra regulada desde el 6 de julio de 1999. Es un procedimiento técnico-administrativo destinado a identificar e interpretar, así como a prevenir o recomponer, los efectos de corto, mediano y largo plazo que actividades, proyectos, programas o emprendimientos públicos o privados pueden causar al ambiente.
De acuerdo al criterio de T4F, la Sala 2 de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene suficientes pruebas de que la productora cuenta con los permisos y autorizaciones legales requeridas para realizar shows de esta magnitud. El fallo de la Cámara Contravencional no deja de reconocerlo, pero hace hincapié en que los recitales se podrían efectuar si se restringe la entrada de espectadores al campo de juego, lo que complicaría las cosas por varias razones. Una de las principales consecuencias de esa restricción podría ser un aumento considerable en el valor de las entradas. Y si no, organizar los shows en estadios cerrados, como en los casos de Korn, en el Luna, lo mismo que esta semana con Megadeth. El problema es cuando se trata de bandas de gran convocatoria. Un grupo como U2 suele tocar sólo en grandes estadios -tiene un espectáculo montado para eso pero además necesitaría de una decena de fechas en un lugar como el Luna Park, lo que es absolutamente impensable.
McCARTNEY QUIERE
A principios de este año corrió en Internet un rumor disparatado: Paul McCartney tocaría gratis en Buenos Aires como parte de los festejos por el Bicentenario que organiza el Gobierno de la Ciudad. Sonaba raro, teniendo en cuenta el cachet del ex beatle, seguramente fuera de toda previsión presupuestaria de la gestión de Mauricio Macri, quien rápidamente desmintió la especie. Pero Macea vendría de todos modos ai país, 17 años después de su recordada primera visita, cuando llegó para dar un excelente show en el estadio de River.
Sería, se dice, cerca del fin de este año, en el marco de Up and Corning, la que ha sido anunciada como la última gira de su carrera (Paul tiene hoy 67 años), que por ahora ha incluido recitales en Puerto Rico y México, donde recorrió los grandes éxitos de su extensa carrera, incluyendo varios temas de Los Beatles -All my Loving, Drive my Car, Black bird hasta una versión de Something con ukulele, un instrumento que, según declaró, le enseñó a tocar el autor de ese tema, el fallecido George Harrison.
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