Para Tomás Eloy
Martínez “mucha de la infelicidad argentina nace de una lección que la
realidad siempre contradice: se nos enseña que somos grandes y a cada
rato tropezamos con la pequeñez”. Para él, como para tantos otros, la
Argentina es un país híbrido y lleno de incongruencias, un territorio
que lo expulsa y no lo invita a regresar. Pero si bien comprender el
tiempo presente es una tarea difícil, el trabajo de los intelectuales es
precisamente intentarlo. Tomás Eloy Martínez dejó a su paso un sinfín
de textos con reflexiones sobre el tiempo que le tocó vivir. Se mantuvo
prolífico hasta poco antes de su muerte, a causa de un tumor cerebral,
el 31 de enero de 2010. Argentina y otras crónicas, publicado de forma
póstuma por Alfaguara, reúne algunos de sus últimos textos y otros más
antiguos pero no por eso menos actuales. La edición, a cargo de Carmen
Perilli, se compone de más de sesenta artículos periodísticos publicados
entre 1986 y 2009 que tienen como eje en común la problemática del
país. Muchos de estos artículos ya habían sido publicados en El sueño
argentino (también editado por Perilli) y en Réquiem por un país
perdido.
Es
difícil clasificar los textos del libro como “crónicas” en el sentido
estricto del término y no como ensayos o notas de opinión. Pero si
seguimos a Martín Caparrós cuando afirma que “la crónica es una mezcla
de mirada y escritura”, entonces, lo que hace Tomás Eloy Martínez es dar
a conocer su cosmovisión del mundo y plasmar sus observaciones de una
Argentina que parece no cerrar nunca sus heridas y reincidir en los
mismos errores del pasado.
Las
crónicas abordan distintos temas políticos y algunos mitos
fundacionales de la identidad argentina. Así, Tomás Eloy Martínez
recorre desde la Revolución de Mayo hasta la masacre de Trelew, el
juicio a los militares, la pobreza de su Tucumán natal, el fenómeno de
los cartoneros y la desaparición de Jorge Julio López. Pero si hay un
tema que atraviesa todos los textos, es aquel que fue su gran obsesión:
el peronismo. Es que para el autor de La novela de Perón, Santa Evita,
Las memorias del General y Las vidas del General no hay forma de
entender la historia argentina del siglo XX y XXI sin antes comprender
el fenómeno del peronismo. “Nadie sabe qué es el peronismo. Y porque
nadie sabe qué es, el peronismo expresa el país a la perfección”,
escribe. “La esperanza del peronismo verdadero que vendrá se mantiene
viva en la Argentina desde hace décadas como si fuera un imposible
Mesías”.
El
Tomás Eloy Martínez de Argentina y otras crónicas es el que colabora
como columnista permanente de La Nación, publica sus artículos en El
País de España, en El Nacional de Caracas y el New York Times. En
algunos aspectos, sigue siendo el mismo que se desempeñó como jefe de
redacción del semanario Primera Plana, como director de Panorama o del
suplemento cultural del diario La Opinión, proyectos que supieron
renovar la prensa de manera radical en la década del 60 y 70. En otros
aspectos, es un Tomás Eloy Martínez más maduro y reflexivo pero también
más escéptico. Así se pregunta, una y otra vez, “qué pudo pasarle a un
país que en 1928 era la sexta potencia económica del mundo”.
El
exilio, que vivió en carne propia cuando partió hacia Venezuela huyendo
de la persecución militar, es otro de los temas que aparecen de forma
recurrente en sus escritos. “¿Quién en la Argentina no se ha sentido
expulsado alguna vez: por la soledad, por la miseria, por las amenazas
de muerte, por la perturbación de despertar cada mañana en el confín del
mundo?”, se pregunta. En algunos textos, asimismo, reflexiona sobre lo
que pasa en el resto de América latina y hasta analiza los efectos del
atentado a las Torres Gemelas en los Estados Unidos.
Si
retomamos a Caparrós, podemos agregar que la crónica es “un intento
siempre fracasado de atrapar el tiempo que uno vive”. Lo más interesante
de Argentina y otras crónicas es que el lector puede descubrir, como si
contemplara una acuarela, cuál fue la Argentina que Tomás Eloy Martínez
vivió durante los últimos quince años de su vida. En un intento de
atrapar y de contar su época, el escritor dejó una vasta reflexión a su
paso. Sus crónicas son, como afirma Perilli, “el documento de una
mirada”. Pero el intento de “atrapar el tiempo en que uno vive” siempre
resulta un “fracaso”, al decir de Caparrós, porque no deja de ser
parcial y subjetivo. La imposibilidad de dar cuenta de todos los puntos
de vista, como si se tratara del Aleph, y la inevitable tendencia a
resignificar los hechos pasados a la luz del presente son las razones
por las que algunas de las crónicas de Eloy Martínez son como una vieja
fotografía de algo que fue y cambió. El futuro de Argentina, tal como lo
ve el escritor antes de su muerte, es más bien opaco. Pero frente a ese
panorama incierto, queda la esperanza de que ese país a la deriva
encuentre su rumbo y dé lugar a un pensamiento nuevo.
Por Ana Laura Caruso
Fuente: Perfil
Más información: www.perfil.com
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