En Estados Unidos, The New York Review of Books y, en Reino Unido, The London Review of Books y The Times Literary Supplement representan un club exclusivo de personas serias que están dispuestas a leer largos ensayos sobre libros nuevos. Los libros no se eligen por su posible popularidad, sino por su valor. Los críticos no se eligen por su celebridad, sino por su inteligencia. En The London Review of Books, si uno recomienda un libro empleando una expresión descuidada que puede citarse fácilmente en la edición en rústica o en un anuncio (palabras como "excelente" o "deslumbrante" o "su mejor libro hasta la fecha"), los redactores eliminan esa parte de la reseña, porque quieren que uno diga algo más serio e interesante. Mientras que las páginas sobre libros del periódico The Guardian en Londres, por ejemplo, o The Irish Times en Dublín o The New York Times están disponibles gratuitamente en Internet y se leen en todo el mundo, The Times Literary Supplement sólo está disponible mediante suscripción, y The New York Review of Books y The London Review of Books solamente ofrecen una selección de las reseñas de forma gratuita en Internet. Esto disminuye su influencia pero, por otro lado, hace que los lectores sientan que sus páginas contienen algo valioso e importante, algo por lo que los lectores tienen que pagar, no sólo con una suscripción, sino también con una atención cuidadosa.
Existe ahora una sensación placentera de que somos una raza en extinción. Yo escribo a mano y uso tinta. Me siento en una habitación solo y en silencio, y trabajo de la misma forma en que han trabajado los escritores durante muchos siglos. Escribo para los lectores, pero yo mismo también soy un lector. Quizás todos los demás lectores habrán desaparecido pronto; estarán muertos o habrán salido de compras, o estarán permanentemente en Internet, o viendo DVD, o escribiendo en Twitter y mandando mensajes de texto hasta su muerte (o la de otros). Puede que el tiempo de atención de los humanos se debilite y acorte. Pero me encanta pensar que siempre habrá suficientes de nosotros, unos pocos miles de seguidores devotos de la palabra escrita, creyentes en formas y estructuras en las que se ha confiado durante mucho tiempo; y, sumados a esos, 100.000 personas más que creen a medias en la palabra, como ahora otros creen a medias en Dios, y que pueden ser convencidas e influenciadas. Quizás, en el futuro, tendremos conocimiento de los buenos libros de la misma forma en que otros tuvieron conocimiento del cristianismo durante los primeros siglos tras la muerte de Cristo, o los musulmanes tuvieron conocimiento del islam. Las noticias se susurrarán. Algo aparecerá impreso. Lo reconoceremos cuando lo veamos y nos aseguraremos de transmitirlo a otros. Ser el único que lea una nueva novela, o un nuevo poema, sería sin duda una tarea solitaria, incluso si la lectura en sí misma es solitaria por definición. No desapareceremos. Estén atentos a nosotros.
Traducción de News Clips. Colm Tóibín (Enniscorthy, Wexford, Irlanda, 1955), escritor y crítico de The New York Review of Books y Irish Time, es autor de The Modern Library: the 200 Best Novels Since 1950 (con Carmen Callil). En España su último libro publicado es la novela Brooklyn (Lumen, Debolsillo y Amsterdam). www.colmtoibin.com.
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