Cito textualmente a Ricardo González Vigil (EL DOMINICAL del Diario EL COMERCIO, 1º de noviembre de 1992, artículo "El cine en el Perú"): "En una de sus visitas al Perú el destacado escritor mexicano Carlos Monsivais, gran aficionado al cine, me contaba que acababa de conocer a esos cinéfilos por excelencia que son Ricardo Bedoya e Isaac León Frías, y que había quedado impresionado porque nunca había encontrado en América Latina dos personas que supieran tanto sobre el llamado Séptimo Arte...".
Monsivais era un cinéfilo impenitente, que quería y se sentía querido en el Perú. Apreciaba su cultura, a sus poetas y a sus críticos de cine; los de Hablemos de Cine, la legendaria e influyente publicación crítica.
Amante y reivindicador de la cultura popular mexicana, erudito, croni-ensayista, Historiador, Sociólogo, porta estandarte de la Generación del 68´ (ex ante y ex post Tlatelolco), crítico agudo y progresista. Carlos Monsivais ha muerto hoy y nos sentimos desolados.
Paz en su tumba.
Óscar Contreras Morales.-
http://www.elpais.com/El escritor y cronista mexicano Carlos Monsiváis (Ciudad de México, 4 de mayo de 1938) ha muerto hoy a las 14.00 horas de México (21.00 hora española). Una fibrosis pulmonar le tenía postrado en una cama del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, en México D.F., desde el 2 de abril. Hoy ha fallecido a los 72 años.
Monsiváis retrató las contradicciones y peculiaridades de la vida cotidiana de los mexicanos. Sus textos, críticos y mordaces, se convirtieron en una de las principales referencias de la cultura mexicana. El también periodista estuvo dos meses en terapia intensiva, intubado y totalmente sedado.
"Nadie me dice Carlos", afirmaba el escritor. La mayoría se dirigía a él con un respetuoso "maestro" o un cariñoso "Monsi". Escribió multitud de ensayos, un libro de fábulas y biografías de personajes emblemáticos de México. Licenciado por la UNAM, fue uno de los participantes del movimiento estudiantil de 1968. Entre sus obras representativas se encuentran Días de guardar (1970); Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX en Historia General de México (1976) y Amor perdido (1976).
Monsiváis fue sido distinguido con numerosos premios, entre ellos el Príncipe Claus que otorga Holanda (1998), la medalla Gabriela Mistral de Chile (2001) y el Premio FIL de Literatura de Guadalajara (antes Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo) de 2006, así como con un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Arizona (2006).
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Desde muy joven colaboró en los más importantes suplementos culturales y medios periodísticos del país. Estudió en la Facultad de Economía y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Su amplia cultura, su curiosidad universal, su eficaz escritura y su capacidad de síntesis, le han permitido desentrañar los aspectos fundamentales de la vida cultural y política mexicana del pasado y del presente.
Sus posiciones políticas y su perspectiva crítica lo llevaron, desde el inicio de su carrera periodística, a dar cuenta de todos aquellos fenómenos literarios, sociales y culturales que implicaban un desacato al autoritarismo, el orden establecido y el conservadurismo. De ahí su interés en el movimiento estudiantil de 1968, los ídolos populares (El Santo, Cantinflas), el movimiento feminista, las figuras contestatarias de izquierda, y los personajes o acontecimientos que en algún sentido implicaban un avance de las ideas progresistas y un rechazo a toda posición intolerante y retrógrada. De ahí también la importancia que le ha dado a la promoción de los derechos de las minorías sociales, la educación pública y la lectura.
Otro de sus intereses ha sido el cine nacional. No sólo ha escrito múltiples ensayos y acercamientos al tema (el libro Rostros del cine mexicano, por ejemplo), sino que también dirigió por más de diez años el programa "El cine y la crítica" en Radio UNAM.
Asimismo, fue secretario de redacción en las revistas Medio Siglo (de 1956 a 1958) y Estaciones (de 1957 a 1959) y director del suplemento «La cultura en México» de la revista Siempre! (entre 1972 y 1987). También fue director de la colección de discos Voz Viva de México de la UNAM.
Ha practicado diversos géneros literarios (el cuento, la fábula, el aforismo...) pero sobre todo se le considera cronista y ensayista. De hecho, la parte fundamental de su obra logra una perfecta conjugación de ambos géneros, al grado en que algunos denominan sus textos como crónicas-ensayo o croni-ensayos.
Puede decirse que se trata del padre de la crónica moderna en México. Sus innovaciones técnicas y la diversidad de registros que pueden observarse en sus textos, han cambiado la faz del género de la crónica de manera tal que ningún cronista mexicano posterior a él, está exento de su influencia. No sólo eso: la potencia creativa que Monsiváis le ha otorgado a la crónica ha permitido que se le considere no sólo un subgénero o género menor. La obra de Monsiváis no es desligable del hecho de que la crónica haya sido revalorada en el ámbito literario en México.
Se ha dicho que su obra tiende a un doble registro: los movimientos sociales y los grandes personajes, la política y el espectáculo, la cultura popular y la alta cultura. Para el autor esta doble vertiente es inexistente pues no hay verdaderas fronteras entre tales fenómenos y contextos. De hecho, ya en su Autobiografía (escrita a los 28 años de edad), escribió: «acepté esta suerte de autobiografía con el mezquino fin de hacerme ver como una mezcla de Albert Camus y Ringo Starr».
Si un elemento recorre toda la obra de Monsiváis es el humor ácido unido a la inteligencia crítica. Por ello, la ironía es una de las aristas fundamentales para entender sus textos. La ironía como crítica mordaz frente a la realidad intolerable pero también como regocijo ante el agravio o daño recibidos. Esto es claramente visible en otro de los géneros a los que acude con frecuencia Monsiváis: la sátira política. En su columna "Por mi madre bohemios" (que lleva décadas editándose en diversas publicaciones del país) compila declaraciones de políticos, empresarios, representantes de la iglesia y otros personajes de la vida pública, mofándose de su ignorancia o su visión limitada del mundo y exhibiendo la demagogia de las clases que gobiernan al país.
De entre sus innumerables libros destacan: Días de guardar (1971), Amor perdido (1977), Nuevo catecismo para indios remisos (1982), Escenas de pudor y liviandad (1988), Los rituales del caos (1995), Salvador Novo. Lo marginal en el centro (2000), Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina (2000), entre otros. Entre los múltiples galardones que ha recibido se encuentran el Premio Nacional de Periodismo, el Premio Mazatlán, el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio Lya Kostakowsky, el Premio Anagrama de Ensayo y el Premio FIL de Guadalajara (antes Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo).
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