domingo, 22 de agosto de 2010

AL SON DEL MAMBO


Hace muchos años, Luis Delgado Aparicio Porta reseñaba el libro Cuba y sus sones del escritor Natalio Galán, durante una sesión nocturna de radio que rendía tributo al Rey del Mambo, Dámaso Pérez Prado.
Para Galán (y para Cristobal Díaz Ayala, y John Storm Roberts, y Leonardo Acosta, y César Miguel Rondón, notables ensayistas de la música afrocubana) Pérez Prado fue un genio. Un creativo que trasciende el firmamento popular y se instala en el Olimpo de los más grandes músicos que América Latina ha dado al mundo. 
En realidad "Care´ foca" no es el creador del Mambo sino un integrista de sonoridades, armonías, bases rítmicas y pregones preexistentes; y el autor de un género bestial, africanista, absolutamente bailable. 
Para Galán, Dámaso Pérez Prado es el "Richard Wagner del Caribe". Trasciende la sensualidad (la mambomanía, las esculturales mamberas, las coreografías del cómico "Resortes) y construye un género potente, que entraña una mitología bárbara, pagana, rica en imágenes y simbolismos.
Como Wagner, Pérez Prado exploró todas las posibilidades musicales de "los metales"; esos vientos poderosos, sincréticos, sagrados, viriles, selváticos, llenos de fetichismos y secretos que mientan la violencia y la sensualidad del continente.
Hoy vimos por cable Al son del Mambo (1950) la película del mexicano Chano Urueta que sigue provocando sonrisas, entusiasmo y placer, como las cintas de Busby Berkeley, Fred Astaire o Donald O´Connor. 
"Resortes" + las Dolly Sisters + la estupenda Amalia Aguilar + los mujerones alrededor del escenario + la composición en profundidad de varios encuadres, hacen del filme una celebración total.
Escuchar Mambo Nº 5, Qué rico el Mambo, Cerezo rosa, Mambo Nº 8, Mambo en Sax, La chula linda, Mambo del Politécnico, Mambo Universitario, El Ruletero, Mambo Infierno, El baile de las muñecas, Tokio de noche, Mambo a la Kengton, Patricia, La niña popó, El Mambo que a las mujeres las vuelve locas, Mambo Jambo, nos hacen caer en la cuenta que hace muchos años -mucho antes que el bossa nova, el rock en español, la salsa, el merengue y la bachata- hubo un género supremo, magistral. Es preciso volver a él.
Oscar Contreras Morales.-

http://www.prensalatina.com.cu/

Mambo. Su definición etimológica nos dice que se trata de una palabra de origen africano, que algunos traducen como "conversación con los dioses", y que era (y es) utilizada habitualmente por los músicos como sinónimo de improvisación. En la Salsa, se llama también "Mambo" al momento musical en el que se toca al unísono con la sección de ritmos, y que sirve como enlace entre dos partes improvisadas.
Pero hablemos del género musical propiamente dicho, hablemos de Mambo.
El Mambo surge como una modificación rítmica y orquestal del Danzón Mambo o de Ritmo Nuevo de la Charanga de Arcaño y sus Maravillas y fue popularizado mundialmente por Pérez Prado y su Jazz Band Latino desde México, a principios de la década del 50.

Este ritmo sincopado surgió en el año 1938 del ingenio de los hermanos Orestes López e Israel López (Cachao) miembros de la Charanga de Arcaño y sus Maravillas. Ellos enriquecen la tercera parte movida del danzón con la incorporación de un "estribillo" o "montuno" sincopado. Cada vez que necesitaban repetirlo decían "vamos a mambear"; a esta parte movida la llamaron "sabrosura" o "mambo". A este Danzón en la orquesta de Arcaño le llamaban Danzón de Ritmo Nuevo o Danzón Mambo.

Es importante apuntar que no es sólo en la Orquesta de Arcaño donde se experimenta con el Mambo, en las décadas del 30 y el 40, músicos como: Arsenio Rodríguez (quien le dio a la conga categoría de instrumento fundamental en la sonoridad cubana) trabajó "el diablo" que ejecutaba su conjunto en los Montunos de sus temas, Bebo Valdés en sus arreglos para la orquesta Kubaney en el ritmo Batanga y René Hernández arreglista de la orquesta de Julio Cuevas estaban en la búsqueda de una nueva sonoridad.

Arsenio alegó, en 1955 en la revista cubana Bohemia, que él estuvo experimentando con un sonido nuevo desde el 1934 y que lo desarrolló a plenitud en el 1938. En el 1940 Arsenio reconceptualizó los Septetos al agregar dos trompeta, un piano y una tumbadora y cambiarle el nombre a Conjunto. Esta formación instrumental que cambio para el resto de siglo la sonoridad de la música del Caribe, proveía la armonía necesaria para El Son Montuno de Arsenio, llamado "el diablo".

En el 1948 Pérez Prado alquiló el teatro Blanquita de México y anunció un programa titulado Al Son del Mambo con el cantante Benny Moré; así estos dos gigantes de la música cubana comenzaron a dominar el mercado musical Méxicano con sus Mambos cantados y sus apariciones en varías películas.

En el 1951 Pérez Prado lanzó al mercado el tema Rico Mambo que fue su primer éxito fuera de las fronteras Méxicanas y lo convierte en un artista de fama mundial. Pérez Prado toma el Mambo de Arcaño, lo superpone al ritmo de cuatro por cuatro del swing americano y lo convierte en el baile de salón por excelencia de la década del 50. Su orquesta, en el sonido de los metales responde al Jazz a la Kenton (los saxofones al unísono en el registro grave y las trompetas en el agudo), pero en la percusión al ritmo sincopado cubano.

El investigador Cristóbal Díaz nos explica la diferencia entre Pérez Prado y Arcaño: "es evidente que Pérez Prado "usó" la palabra que se había popularizado alrededor de la orquesta de Arcaño, pero no es tan claro el que su música fuese lo que Arcaño llamaba mambo o tercer parte del danzón. Hay muchas diferencias, empezando por la orquestación, a base de violines y flautas en Arcaño, y de metales en Pérez Prado; Arcaño es cadencioso y Pérez Prado es nervioso y muy rápido".

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A mediados de la década del 40, el danzón, ritmo que contó con una longeva permanencia casi rockera, cayó en crisis por culpa de una rebelión de bailadores cubanos, que exigían innovación. Los músicos cubanos tomaron nota inmediata pues en esa trifulca les iba el empleo y la vida. Desde la Orquesta Arcaño y sus maravillas, los hermanos Orestes e Israel López comenzaron a introducir cambios que fructificaron en una pieza que titularon mambo.

El "ciego maravilloso" Arsenio Rodríguez creo su ritmo "diablo" y Enrique Jorrín y Bebo Valdés se aprestaron a culminar sus nuevos estilos que se llamaron cha cha chá y batanga, respectivamente.

Dámaso Pérez Prado, un pianista matancero (hay que recordar el glorioso papel del guaguancó y el complejo rumbero de esa occidental provincia en la música cubana) como una esponja tomó de todo el mundo y, en México, lanzó el mambo.

Había nacido el 11 de diciembre de 1916 en esa ciudad donde Miguel Faílde creo el danzón a partir de la pieza Las alturas de Simpson. Allí estudió piano, composición y arreglos para desempeñarse como instrumentista con orquestas locales.

En 1941 emigró a La Habana y trabajó con Cubaney de Pilderó, el conjunto de Paulina Alvarez y CMQ Radio, en los cabarets Kursaal, cercano al puerto de la Habana Vieja, y Pennsylvania de la playa de Marinao.

Para 1943 ya estaba como pianista en la orquesta Casino de la Playa, una verdadera superbanda de lujo, como en sus días Pink Floyd o Yes.

En ese recorrido pulió su estilo que parecía, como resultado de una serie de ingredientes (jazz, son, guaguancó, danzón), vertido en una licuadora y de ahí salió, bueno... Pérez Prado.

Corría 1945 y formó su primer grupo que llamó Conjunto Pérez Prado, con el que grabó algunos discos para el sello RCA Víctor sin mayor trascendencia exceptuando El tumbaíto, con voz de la puertorriqueña Mirta Silva.

Su proyecto Mambo lo presentó a la RCA y fue rechazado porque estaba "muy adelante", nadie entendió qué quería decir.

Decepcionado viajó a México por consejos de Francisco “Kiko” Mendive y se instala allí en 1946, comienza a trabajar como arreglista y pianista de varias orquestas locales hasta que, ayudado por varios artistas de renombre, entre estos la actriz y bailarina cubana Ninón Sevilla, estalla la fiebre del Mambo.

El cine era industria allí, y con Joaquín Pardavé, Pérez Prado rueda la película Del can-can al mambo en la que actúan también Abel Salazar y Pedro Vargas, este último por supuesto cantando.

Ese filme premonitorio es una joya pues dejó escuchar ¡Qué rico el mambo! , Mambo Latino, La chula linda, Mambo Baklán, Muchachita y Mambo en Sax. En otra película, El pecado de ser pobre, Bobby Capó pone voz por primera vez a ese ritmo en películas porque en vivo Kiko Mendive lo hacía.

Después de Mendive, llegaría otro monstruo, Benny Moré.

Actúa en el Teatro Margo con llenos totales y alternando con "Papá" Luis Arcaraz.


Su labor para el cinematógrafo (posiblemente sea el primer músico cubano que tomó muy en serio las bandas sonoras, se extendió a cintas de renombre como Perdida con Agustín Lara, Ninón Sevilla y el torero del momento, Antonio Velázquez.

En esa cinta participan también Pedro Vargas y Los Panchos con Hernando Avilés quien canta la canción tema del filme. Entonces comienza en el mundo la mambomanía.

Dos médicos argentinos, que habían trabajdo en el sanatorio de San Pablo, en Perú, curando leprosos, arman una balsa a la cual le ponen el nombre de Mambo-Tango, lo primero por la popularidad innegable del ritmo, lo segundo por patriotismo. Sus nombres: Ernesto Che Guevara y Alberto Granados.

De gran talento creativo, Pérez Prado dio a la luz otros géneros como la chunga, el suby, el taconzazo y el dengue, ya en los 60 del siglo pasado.

Específicamente en el dengue introduce un elemento rítmico nuevo al usar un ring de hierro, de los camiones antiguos, que percutido bajo una misma concepción rítmica, sistemática y constante, hace sonar el mambo en forma diferente.

Muchos han sido los que le han objetado la condición de “rey del mambo”, pero Israel López en el documental Cachao aclara que Pérez Prado se merecía la victoria porque fue perseverante en el ritmo.

El fabuloso cubano falleció en la ciudad de México el 14 de septiembre de 1989. Los cubanos lo quieren y los mexicanos también. Hace unos años Lou Bega, un joven cantante radicado en Alemania, triunfó en el país de Beethoven y Bach con Mambo número 5.

Tomado de Prensa Latina 

2 comentarios:

  1. "Diez y media de la noche, 'Sky Room' del 'Hotel Crillón', Pérez Prado que anuncia 'Mambo Nº 5' y se acabó el mundo!"

    Así describió Pocho Rospigliosi para sus televidentes de "Gigante Deportivo", una tarde de domingo, en los ochenta, una de las últimas comparecencias del genial "Car'e Foca" en el más famoso salón del hoy clausurado "Hotel Crillón" desde donde se dominaba toda la ciudad.

    Pérez Prado lo era todo, musicalmente hablando, en el tiempo en que el mambo recreado (y no creado) por él hizo bailar al mundo. En la cinta "Al Son del Mambo" destaca Amalia Aguilar cuando baila frenéticamente, y con esas portentosas y torneadísimas piernas, el número "Locas por el Mambo", con el recordado Yeyo haciendo el fonomímico de las partes cantadas en el disco por Benny Moré, mientras Pérez Prado, con terno claro de chasqui de talla cien, con pantalón "huatatiro" y saco que le llegaba a las rodillas, dirige con sentimiento a su gran orquesta, todo artísticamente retratado por el artesano del cine Chano Urrueta.

    En la película se escuchan también otros éxitos como "El Ruletero" (homenaje a los taxistas del DF), y el cañonazo de 1949-50 "(Qué) Rico (El) Mambo!"

    En una de las primeras visitas de Pérez Prado al Perú, en los cincuenta (cuando el arzobispo de Lima, Monesñor Guevara, amenazó excomulgar a todos los bailarines del ritmo considerado bestial y sicalíptico), lo acompañó un saxofonista argentino que respondía al nombre de Freddy Roland, cuyo instrumento destaca nítidamente en el corte del disco "Habana 3 AM" titulado "Mambo en Sax", un clásico del genial Pérez Prado con influencias del jazz. Roland se quedaría en Lima y formaría su propia orquesta, destacando en la escena peruana junto a sus esposas Veronikha y Charito Alonso, y sus discos "La Fiesta" y "La Fiesta es con Parranda". Y el éxito "Juego de Amor" cantando en un festival de Trujillo por el desaparecido "Mono" Altamirano.

    Da para muchos más comentarios, qué lindo recuerdo de cuánto tiempo atrás!

    Gregorio Huaroto

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  2. Muy buen artículo,definitivamente son pasajes que hicieron historia en la música.
    Hay un antes y despues del "diabólico" sonido del mambo y la gente se exponía a ser excomulgada con felicidad por gozar de un baile al son del famoso care foca.
    MAAAAMBO º(-_-)º

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