sábado, 14 de agosto de 2010

TOUCHEZ PAS AU GRISBI (1954, JACQUES BECKER) - GRUPO CÍNECOS, ARGENTINA


Título original: "Touchez Pas Au Grisbi" (1954) (También conocida como "Grisbi" y "No Toquéis la Pasta")

Dirigida por Jacques Becker; con Jean Gabin, Jeanne Moreau, Lino Ventura, René Dary y otros. (94 min.)

Touchez Pas Au Grisbi es una adaptación de la novela del propio guionista, Albert Simonin, y trata del último gran robo de un par de viejos gangsters, Max (Jean Gabin) y su viejo amigo y compañero de correrías, Riton (René Dar ...y), luego del cual planean retirarse. Ambos saben que ya están viejos y cansados de la estupidez insolente de los nuevos delincuentes y del ambiente de este submundo, que sus días como criminales están contados y que lo único seguro que tienen es su amistad y lealtad inquebrantables.

Pero no todo es tan fácil: antes tienen que convertir el botín (cincuenta millones de francos en lingotes de oro) en dinero, para lo cual es necesario dejar pasar un tiempo. Aquí el director no pierde el tiempo explicando el robo, sino que la historia se desarrolla en lo que sucede a partir de allí, cuando Riton le cuenta este secreto a su amante (Jeanne Moreau), una corista con más ambiciones que cerebro...

La novela original de Albert Simonin tuvo un impacto revolucionario en la novela negra francesa. El film se estrenó en París en Marzo de 1954, marcando el debut de Lino Ventura en la gran pantalla, y es un claro ejemplo de las influencias culturales entre Francia y EEUU en el ámbito cinematográfico, donde los franceses y americanos se atribuyen la creación del cine negro.

El director, Jacques Becker, que también colabora en el guión, consigue una atmósfera crepuscular y fatalista, y dota a los personajes de una humanidad poco vista hasta entonces y muy imitada posteriormente por directores de la talla de Jules Dassin o Jean-Pierre Melville, entre muchos otros, allanando el camino a otras grandes películas francesas de cine negro que se realizaron después de 1955, como Rififi. Es así que Touchez Pas Au Grisbi se convirtió en el largometraje más influyente de la época a partir del momento de su estreno.

También supuso la vuelta al estrellato de su protagonista: Jean Gabin. A sus cincuenta años, uno de los mejores actores franceses de todos los tiempos lograba ser de nuevo el centro de atención de la crítica y el público.

La espectacular actuación de Jean Gabin no es lo único que destaca en Grisbi, prácticamente todo el reparto está genial. Desde una jovencísima Jeanne Moreau (impagable pegándose un nariguetazo de cocaína en el auto) hasta el ya citado debutante Lino Ventura (que interpreta a Angelo, uno de los ingratos delincuentes de la nueva camada, preparado como un ave de rapiña para echarse al cuello de quien tenga el dinero), todos los personajes están perfectamente retratados hasta el menor detalle.

Las traiciones, violencia e intrigas se suceden con una magnifica fotografía en blanco y negro de Pierre Montazel (habitual en el cine de Becker) y con un fondo musical muy apropiado: unas notas de jazz que, de forma recurrente, suenan en un viejo tocadiscos.

Con este canto a la amistad y a la lealtad, con esta visión poética de los bajos fondos parisinos logró Jacques Becker una obra maestra (es memorable la escena en que Max y Ritón comen paté con tostadas, beben vino, y luego se cepillan los dientes y se reparten las camas y los pijamas).

Todo un clásico del mejor cine negro francés, un film celebrado por Truffaut y Godard, que le valió la consagración a Gabin en el Festival de Venecia.

Para terminar hacemos nuestro el comentario final de Tiznao en el sitio de internet sobre cine IMDB en español, "Jacques Becker en la dirección, Jean Gabin regalándonos uno de esos personajes que se te quedan clavados en la memoria de por vida (impagable su modo de repartir bofetadas sin distinciones de sexo), una Jeanne Moreau guapísima a sus 26 años, un Lino Ventura más chulo que un ocho apuntando lo buen actor que llegaría a ser, una trama que te mantiene atento a la pantalla sin pestañear y te hace disfrutar como un descosido, y un violento, seco, trepidante, y fascinante final de la trama con el botín de por medio (las escenas que cierran la película tras esa traca en las afueras de la ciudad, son para aullar de placer), imposible de igualar a día de hoy por mucho CGI o efectos especiales que le quieran meter; pedir más es avaricia."

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