sábado, 28 de agosto de 2010
JACKIE CHAN, UN ACTOR ESTUPENDO (Entrevista, Diario EL PAÍS, España)
http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/He/salvado/vida/bastante/gente/elpeputec/20100827elpepirdv_8/Tes
Escribe Ricardo Grande.-
Está tan acostumbrado a ser el héroe en la pantalla que le parece normal que la gente le pida auxilio cuando se avecina una catástrofe digna de película. Lógico: querían que fuese el sucesor de Bruce Lee, pero Jackie Chan (Hong Kong, 1954) siempre ha preferido los tipos normales que, ante la adversidad, se vuelven resolutivos. Gente capaz de hacer piruetas imposibles, mezclar el kung fu con unos cuantos gags y rescatar a la chica del ejército del malévolo antagonista. Y eso que su ídolo es Fred Astaire.
"No va a haber otro como yo, como no ha habido un sucesor de Bruce Lee"
Chan actúa, dirige y tiene su propio equipo de especialistas, The Jackie Chan Stunt Team. Hoy vuelve a la carga con el nuevo The karate kid. Un papel algo distinto, aunque sigue sin decir palabrotas: "Quiero ser un modelo para los niños. Ellos aprenden de lo que hago. Me gusta enseñar, quizá porque yo fui un chico malo durante un tiempo", explica durante la promoción de su útimo estreno en Madrid.
En este remake, Chan es el encargado de enseñar kung fu al hijo de Will Smith, Jaden. Así que no hay karate. "Envié a Estados Unidos a uno de mis mejores hombres para entrenarle. El chico tiene talento, pero le cuesta centrar la atención", comenta. El privilegio de prepararse con Jackie Chan -o por lo menos conseguir una breve lección- es algo que le han pedido muchas, muchas veces. "Demasiadas", se ríe. Recuerda un caso con cariño. "Un alemán se apostó en la puerta de mi gimnasio y dijo que no se iría hasta que le admitiera. Al final accedí. Un día me pidió una foto: '¡Nadie se cree que trabaje contigo!", confiesa, orgulloso.
"No soy tan distinto de los protagonistas de mis películas. He salvado la vida de bastante gente. Puede haber un incendio y que alguien me vea y diga: '¡Es Jackie! ¡Haz algo!'. Entonces organizo el rescate. Es como si estuviera dirigiendo", comenta mientras mueve mucho los brazos. "¿La última persona que salvé? En realidad, la última vez no pude hacer nada y murió". Para animarse, recupera una anécdota reciente en la que lleva a una niña hasta su casa, evitando que pasara por una zona "llena de moteros y mala gente". No es muy espectacular, pero, como él afirma: "Todo es kung fu".
Jackie Chan quita importancia a sus habilidades: "Sí, rodaba yo mismo las secuencias peligrosas. Pero eso es porque cuando trabajas fuera de Hollywood y se plantea una secuencia, te preguntan si te ves capaz de hacerlo. Yo siempre respondo sí", resume. En una pequeña pausa de la entrevista, levanta su cuerpo de la butaca apoyándose en los brazos, se mantiene en el aire y termina con un agresivo movimiento de hombros y muñecas que le hace crujir los huesos. Aún puede repartir mamporros. "En el futuro, otros lucharán y yo sólo hablaré", descarta. "El papel de profesor Han en The karate kid era un reto porque la gente me iba a ver actuando. Solo peleo en un momento". Y adelanta algunos proyectos: "Quiero ir al espacio". En la rueda de prensa anterior, ha tenido que explicar dos veces que prepara un musical que se llama Yo soy Jackie Chan. "En serio", aclaraba, ante las risas del público. "No va a haber otro como yo, como no ha habido un sucesor de Bruce Lee". Por eso le toca salvar vidas de vez en cuando.
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Karate Kid, de Harald Zwart
Levántate y anda
Escribe Diego Batlle
http://www.otroscines.com/criticas_detalle.php?idnota=4324&PHPSESSID=18eb3a5964ad4367e61ea1f965c16a93
Karate Kid (The Karate Kid, Estados Unidos-China/2010). Dirección: Harald Zwart. Con Jaden Smith, Jackie Chan y Taraji P. Henson. Guión: Christopher Murphey. Fotografía: Roger Pratt. Música: James Horner. Edición: Joel Negron. Diseño de producción: François Séguin. Dstribuidora: Sony Pictures. Duración: 140 minutos. Apta para todo público.
Hace ya algo más de un cuarto de siglo, una pequeña película sobre la relación mentor-discípulo con todos los clisés del género deportivo (con la redención y la fuerza del espíritu como principales ejes) se convertía en un inesperado éxito con destino de culto.
La Karate Kid de 1984 duraba nada menos que 126 minutos, fue dirigida por John G. Avildsen y encabezada por Pat Morita y Ralph Macchio. Esta remake dura aún más, ¡140 minutos!, tiene a Harald Zwart (La Pantera Rosa 2) como realizador, y a Jaden Smith (hijo de Will Smith y Jada Pinkett Smith, coproductores de la película) y al gran Jackie Chan (ya con 56 años en el lomo) como protagonistas. Sin embargo, contra todos los pronósticos, este reciclaje incluso amplificado resulta un más que aceptable producto dentro de las convenciones e inevitables lugares comunes del caso.
Las principales variantes -además de los 14 minutos de más, claro- tienen que ver con que Dre (un Jaden Smith con trencitas afro), el niño de 12 años que es el gran héroe del relato, se muda con su madre Sherry (Taraji P. Henson) desde la decadente Detroit a la pujante Beijing para que ella trabaje en la industria automovilística china (no veremos una sola imagen de eso).
Ya instalado en ese desconcertante destino, Dre se enfrenta a los abusos de Cheng (Wang Zhenwei), lider juvenil de su colegio y luchador aventajado de una escuela de kung fu que enseña muy malas artes; y se enamora de Mei Ying (Han Wenwen), una bella violinista que intenta ingresar a la Academia de Artes local. Cuestión que el protagonista se ve obligado a inscribirse en un torneo y -como no sabe nada de artes marciales- terminará siendo entrenado por Mr. Han (Chan), un viejo maestro caído en desgracia (carga el trauma de un accidente automovilístico que devastó su familia). O sea, la mejor manera de una recuperación conjunta.
En el medio, por supuesto, tendremos escenas en la Gran Muralla, en la Ciudad Prohibida y en la Villa Olímpica como para apreciar el esplendor turístico y económico del lugar, pero más allá de pintoresquismos y arquetipos varios, la película no sólo se sostiene en buena parte de su extenso metraje sino que lo hace con bastante soltura y nobleza. Los fans de Jackie Chan extrañarán sus ya míticas coreografías (igual hay un par de momentos para su lucimiento) y fuerte dosis de nostalgia y déjà vu aflorarán en varios momentos. Esta Karate Kid, tan sencilla y superficial como la anterior, sigue siendo también igual de efectiva.
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