domingo, 3 de octubre de 2010
CÓMO SE RECUPERARON MEDELLÍN, GUAYAQUIL Y CURITIBA (Diario LA REPUBLICA, Suplemento DOMINGO)
Esto sí se puede lograr
Medellín, Guayaquil y Curitiba, tres espejos donde mirarnos. Defendieron los espacios públicos, priorizaron el transporte masivo, recuperaron sus centros históricos e integraron a la gente de las periferias, mantuvieron la continuidad entre cada una de las gestiones ediles y, quizás lo más importante, construyeron cultura ciudadana. Hoy son ejemplos tangibles para demostrarnos que una ciudad como Lima también puede cambiar. Este domingo puede ser el comienzo de la ciudad que todos quieren. Veamos aquí cómo lo hicieron nuestros vecinos.
Por María Isabel Gonzales.-
Hace quince años Medellín dejó atrás una estremecedora costumbre: despertarse religiosamente con el estruendo de una bomba o con un tiroteo en una avenida cualquiera. Dio el salto olímpico de ser la ciudad más violenta del mundo a convertirse en la más sosegada. Y cómo no creer en ello si a principios de los noventas poner un pie en sus calles equivalía a poner la vida a disposición del jefe máximo de la mafia colombiana: don Pablo Escobar. Con una tasa anual de 381 homicidios por cada 100 mil habitantes, Medellín vivía a un ritmo violento. Los vehículos debían ser blindados y las calles eran cerradas apenas Escobar lo ordenaba. Pero ese reinado llegó a su fin en diciembre de 1993, cuando el capo del cartel murió acribillado mientras huía de las autoridades por el techo de una de sus guaridas. El cabecilla de la red criminal que mantenía a toda una ciudad en zozobra había muerto, pero su herencia de terror aún se respiraba en las calles.
En los barrios la gente se seguía matando y había que armarse para no terminar sobre el pavimento con un tiro en la cabeza. “¿Cómo salieron de ese hoyo?”, le preguntaron al ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo. “Cambiándole la piel a la ciudad”, respondió este doctor en matemáticas, que de profesor universitario de lógica se convirtió en alcalde exitoso en menos de una década. Y aunque Fajardo no se lleva el mérito solo, porque tuvo como antecesor a Luis Pérez Gutiérrez, quien empezó los cambios, fue él quien aceleró la transformación urbana. Saneó las finanzas, invirtió en programas sociales, bajó los índices de criminalidad. Ejemplo de ello es que redujo la tasa de homicidios a 26 por cada 100 mil habitantes. También construyó megabibliotecas públicas, renovó las escuelas y creó puntos de internet gratuitos en barrios populares. Además integró las periferias con el centro de la ciudad a través de un sistema llamado metrocable. Fue el momento clave para el despertar de la nueva Medellín. Hoy, de la mano de Alonso Salazar, actual alcalde, la ciudad sigue en ascenso.
Un nuevo rostro
Medellín es la segunda ciudad más importante de Colombia y tiene 2’249,073 habitantes. Está situada al norte de Bogotá y su reciente y milagrosa metamorfosis urbana, según el arquitecto Jorge Ruiz de Somocurcio, nació de una voluntad política y de una visión que recogió lo que la gente quería y necesitaba: una ciudad segura, limpia y ordenada. Entonces se le dio a la ciudadanía símbolos de progreso, obras tangibles. Y los vecinos respondieron cuidando lo que por primera vez sentían suyo, empezaron a respetar las leyes, a denunciar a quienes violaban las normas. “El gobierno central y el gobierno municipal se dividieron el presupuesto para renovar el metro. Y en el 2004 se dio el gran salto: por primera vez se conectó a la parte más deprimida de la ciudad, el cerro Santo Domingo Savio, a través de funiculares que van hasta la estación del metro central, uniendo este populoso barrio con otros puntos de la ciudad. Este servicio llevaba un mensaje a la gente más pobre; fue como decirle: por el valor de tu pasaje tienes por primera vez acceso a un transporte digno del cual puedes sentirte orgulloso”, dice Ruiz de Somocurcio.
El metro de Medellín se llama Sistema de Transporte Masivo de Gran Capacidad. Con sus propios ingresos financia sus operaciones y mantenimiento, y es tan rentable que se permite ofrecer descuentos de hasta el 50% a los pasajeros de los barrios más pobres de la ciudad.
Pero los habitantes de Medellín no solo están orgullosos de su metro. También tienen logros que mostrar en educación, fomento de la cultura e impulso de los espacios públicos. El municipio de esta ciudad destina el 40% de su presupuesto a la educación. ¿El resultado? 21 colegios, cinco complejos de parques con biblioteca, centros de asesoría para los pequeños empresarios y ludotecas para los niños. Construir esas infraestructuras y mantenerlas fomentó el empleo y mejoró la calidad de vida. Para frenar la contaminación ambiental se construyeron parques en los lugares en los que dejaron de circular buses por las nuevas conexiones que hizo el metro. En las calles aumentó la presencia de la policía. En cada distrito se levantó una casa de la Justicia. Entre los habitantes se repartió un manual de convivencia y se creó una oficina de derechos humanos que empezó a velar por la vigencia de los pactos ciudadanos de paz y buena convivencia.
Ahora los poetas y los artistas se presentan en las plazas de los cerros más pobres. Allí se han inaugurado bibliotecas con talleres que sacan a la calle a niños, jóvenes y los hacen integrarse a la comunidad. En palabras de Wiley Ludeña, arquitecto y docente universitario: “Este es un ejemplo latinoamericano de cómo arquitectura y urbanismo de primer nivel logran la inclusión y elevan la autoestima de los ciudadanos”.
Una gran barriada
Según Juan Carlos Dextre, profesor de ingeniería de la Universidad Católica, lo importante de ejemplos como el de Medellín y el de otra ciudad como Guayaquil es el cambio radical que han logrado en apenas una década y media. Con 1’985,379 de habitantes, Guayaquil es la ciudad más poblada y comercial de Ecuador. Quince años atrás la mayor parte de esta urbe era considerada una enorme barriada por donde los turistas no se atrevían a circular. Pero Guayaquil vivió una situación muy particular: por primera vez un ex presidente pasaba a ser alcalde. León Febres Cordero dirigió Ecuador entre 1984 y 1988. Y luego, en 1992, asumió la alcaldía de Guayaquil y en ese cargo se mantuvo durante ocho años.
La hora del cambio
Febres Cordero inició una etapa de transformaciones profundas: orden y seguridad en las barriadas y una serie de pasos a desnivel para descongestionar el tránsito vehicular. También construyó mercados para sacar a los ambulantes de la calle y legalizó tierras para 80 mil familias en invasiones. Además le limpió la cara al centro histórico por cuyas calles el camión de basura se hacía extrañar. Para poner en valor esa área de la ciudad emprendió la recuperación de sus edificios emblemáticos. Siguió la misma línea cuando fue reelegido en 1996 e invirtió en las viviendas de los asentamientos humanos como el emblemático cerro Santa Ana. Allí muchas viviendas se convirtieron en restaurantes turísticos y las escaleras en pasos peatonales para visitantes. Febres Cordero también empezó la construcción del Malecón 2000, administrado por instituciones públicas y privadas. Primero construyó plazas y restaurantes a orillas del río Guayas. Luego entregó una área verde llamada los Jardines del Malecón, un mercado moderno, un centro para exposiciones y eventos y una plaza de artesanos. En octubre del 2003, su sucesor inauguró un teatro y un museo. Toda una oferta cultural y recreativa que busca la inclusión de los ciudadanos de Guayaquil y ser un polo de atracción turística. Hace quince años esto sonaba imposible, parecía una quimera, y hoy es una realidad.
Modelo Curitiba
“Curitiba es un modelo de ciudad sostenible desde los años setenta. Es como una madre de todos los modelos de ciudad”, dice Wiley Ludeña sobre esta urbe de 1’788,559 habitantes al sur de Brasil. Planificada al dedillo por su Instituto Urbano, su desarrollo puso énfasis en la organización del transporte público. Su modelo de corredores exclusivos fue replicado en Bogotá y ahora en Lima. El acceso al centro histórico siempre está despejado porque se restringe el acceso vehicular. Curitiva fue la pionera en priorizar las aceras y las cebras para peatones. Creó parques industriales y se preocupó por que todos los distritos cuenten con servicios básicos y espacios públicos para compartir.
El gobierno municipal cuenta con un sistema de atención en salud de por vida. Tiene 231 guarderías, 118 escuelas, 86 centros de salud, farmacias que suministran 82 medicamentos gratuitos, 71 centrales de abastecimiento popular a las familias de más bajos recursos. Su PBI es el mayor del sur del Brasil y su parque industrial de 43 millones de metros cuadrados atrae a empresas como ExxonMobil, Sadia, Kraft Foods, Siemens y HSBC. Curitiba está entre los tres municipios con la mejor infraestructura de su país y figura entre las cinco mejores del continente. Todo un modelo a seguir.
Más experiencias
•La ciudad Nº 1 de Latinoamérica, según la revista América Economía, es Santiago de Chile. Por ser una metrópoli que reduce sus desigualdades a pasos agigantados.
•Quito acaba de ser declarada Capital Americana de la Cultura para el 2011, con el fin de convertirla en un referente en la región y promocionarla a nivel mundial. Esta ciudad con más de dos millones de habitantes posee el centro histórico más grande, menos alterado y mejor preservado del continente.
•En Brasil, durante la segunda mitad de los noventas, empezó el proyecto Favela Bairro, una experiencia de transformación de las barriadas. Los mejores arquitectos y urbanistas fueron convocados para integrar las favelas a la ciudad. Instalaron bibliotecas, centros deportivos, pavimentaron las calles y construyeron plazas y espacios públicos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Como han crecido las ciudades de america latina, que bueno
ResponderEliminarcrecieron las ciudades y los robos jejejej
ResponderEliminaryo estaba buscando pasajes a guayaquil me encanta ese lugar no voy hace como 5 años, seguro esta re distinto
ResponderEliminarQuiero Felicitar a todas esas autoridades que quisieron que Medellin sea una de las ciudades mas bellas del Planeta, Amo esa ciudad con toda su gente amable, respetuosa y querendona de su tierra.
ResponderEliminarSaludos desde BOLIVIA:)
MEDELLIN, UNA CIUDAD ESPECTACULAR, Y SU GENTE LA MAS AMABLE DEL MUNDO
ResponderEliminarSería bueno que dicho sistema de transporte de Curitiba se pueda replicar en diferentes países de Latino américa.
ResponderEliminar