domingo, 24 de octubre de 2010

ROCCO Y SUS HERMANOS de LUCHINO VISCONTI (GRUPO CÍNECOS, MAR DEL PLATA, ARGENTINA)


Título original: "Rocco E I Suoi Fratelli" (1960)

Dirigida por Luchino Visconti; con Alain Delon, Renato Salvatori, Annie Girardot, Claudia Cardinale y otros. Música: Nino Rota. (177 min)

Intenso y apasionado melodrama con ribetes de tragedia griega. Obra maestra de infinita belleza, "Rocco y sus hermanos" es un film fundamental dentro de la filmografía de su autor que emerge como la esencia melodramática del mejor Visconti y como ... el punto de inflexión y cambio donde se unen pasado y futuro del cineasta milanés.
Rosaria (Katina Paxinou) y sus cuatro hijos, Simone, Rocco, Ciro y Luca, abandonan su Lucania natal y emigran a Milán donde vive Vincenzo -el hijo mayor-, en busca de una vida mejor. Poco a poco la gran ciudad ira socavando el núcleo familiar hasta destruirlo.
Film con un trasfondo de fuerte carga social, bajo la sensible y operística dirección de Visconti se eleva desde planteamientos asentados en el neorrealismo hacia un melodrama realista, no por eso exento de poesía y de un intenso lirismo. Ambientada en los suburbios de la gran ciudad, los bajos fondos y el sórdido mundo del boxeo, en “Rocco y sus hermanos” encontramos algunos de los temas más queridos por Visconti: la figura de la madre, la degradación física y moral y la redención de la culpa, donde conceptos como amor, odio, pasión, violencia y muerte cobran de repente todo su sentido y se transforman en el hilo conductor del itinerario vital de unos personajes en busca de la redención.
Imposible olvidar a Rocco -un espléndido Alain Delon -el único Rocco posible según Visconti-, viva imagen de la renuncia, a Simone (Renato Salvatori), un perdedor nato, y a Nadia (Annie Girardot), personaje sin futuro y sólo una salida posible.
El extraordinario guión, la soberbia dirección de actores y la inmortal y nostálgica música de Nino Rota hacen de este inmenso fresco que es “Rocco y sus hermanos” una de las obras maestras de Visconti y del cine con mayúsculas.
Film hermoso y profundamente poético; sólo al final Visconti nos abre un resquicio para la esperanza en la figura de Luca. Plagada de secuencias inolvidables, que son patrimonio de la memoria colectiva, quizás sean la del encuentro de Rocco con Nadia en la terraza del Duomo de Milán -impagable plano de Delon con una lagrima deslizándose por su mejilla-, la última escena de Nadia y Simone y la de Luca acariciando la fotografía de Rocco en las portadas de los periódicos para después perderse en la lejanía las que mejor sintetizan el espíritu del film y la sensibilidad artística de su autor. Imprescindible obra maestra absoluta de visión obligada.

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