viernes, 1 de octubre de 2010

ELLA, escribe Federico de Cárdenas (DOMINGO, Diario La República)


Escribe Federico de Cárdenas.-

Con Ella, su decimoquinto largo, Francisco Lombardi completa un díptico sobre el cuerpo femenino. Pero aquí el desafío es puramente visual, combinando elementos de thriller con una historia de desamor.
Las dos últimas cintas de Francisco Lombardi comparten varios elementos: un cuerpo femenino como centro de la trama, una casa que actúa como lugar predominante y unos pocos personajes que van a coincidir por espacio de unas cuantas horas intensas. Pero una vez identificadas las semejanzas es preciso pasar a las diferencias, que son de talla. Mientras que en Un cuerpo desnudo el cineasta daba rienda suelta a su gusto por las escenas muy dialogadas, con cuatro personajes clasemedieros, en Ella intenta un relato escaso en diálogos y que seguramente constituye uno de los intentos de narrativa visual más trabajados del cine peruano.
El guión, obra de Eduardo Mendoza y Joanna Lombardi, a partir de una historia de Francisco Lombardi y Mendoza, es la historia de Alfredo (Paul Vega), un pintor alcoholizado particularmente obsesivo con su trabajo, que utiliza como modelo a Luna (Patricia Garza), su pareja por ocho años. Cuando Alfredo encuentra que Luna lo quiere dejar, una discusión entre ambos concluye en un accidente fatal. Solo entonces el pintor descubre la existencia de Ricardo (Rómulo Assereto), pareja de Luna en los últimos seis meses, y busca averiguar la naturaleza del vínculo que los unía.
En su formulación genérica, el propio Lombardi califica a la historia como “falso thriller”. En efecto, además de la dramática secuencia inicial y sus consecuencias sobre el desarrollo temporal de cuanto sucede, el seguimiento de Alfredo a Ricardo una vez que descubre cómo ubicarlo y su invitación a que venga a su casa conservan los elementos del relato policial, pero a partir de ellos Lombardi se abre a otras posibilidades, con trayecto seguro hacia ese cine de personajes que ha sido una de las características de su trabajo desde sus inicios.
En el centro del filme encontramos la relación Alfredo-Luna. Ella es musa y modelo del pintor, pero el trato entre ambos se ha convertido en una rutina en la cual cumple el rol de mujer-objeto que debe plegarse a sus caprichos, sin que Alfredo logre advertir el deterioro de su relación de pareja. Creador egoísta, el pintor vive en su propio mundo de imágenes y se considera un poco como el Pigmalión a través del cual vive Galatea, a la que ha rodeado de un mundo de comodidades. Es solo cuando advierte la ausencia de Luna y la posible relación de ella con otro que se da una reacción tan obsesiva como la que mantiene con su pintura. Alfredo tiende una trampa a Ricardo, pero este desarrollo no se explica sin los dispositivos de puesta en escena de que se vale Lombardi para lograr esta imantación que se da entre dos personajes que no se conocen y cuyo acercamiento se va a producir a través de Luna. En este sentido, Ella es la primera cinta de nuestro cine que se vale de modo inteligente de los artilugios de la técnica como elementos de intermediación para hacer progresar el relato (las fotos tomadas por Luna, los mensajes en el teléfono celular, la búsqueda por internet, los videos que recuerdan la felicidad pasada de la pareja) y, claro está, es otra lección que da un cineasta famoso por el rigor de su dirección actoral. Paul Vega nos recuerda el gran intérprete que es en las escenas en que deambula solitario por los ambientes de la casa, incapaz de creer lo que le ha sucedido, y el aquí debutante Rómulo Assereto logra dar el proceso que va del rechazo a la complicidad (el enfrentamiento con Alfredo en el taller es notable). Patricia Garza como Luna cumple con su breve personaje.
Hay un lado chabroliano en esta historia de atracción y repulsión, que convierte a la casa-taller de Alfredo en escenario de un juego de la verdad que –nada extraño tratándose de Lombardi– pasa por el encierro de uno los personajes y por una caída de máscaras. Si la puesta en escena es ese arte de manejo del espacio y del tiempo en función de una historia y la verdad de unos personajes, Ella es una muestra de la madurez alcanzada por el más constante de nuestros cineastas.

La ficha
• Dirección Francisco Lombardi
• Guión Eduardo Mendoza, Joanna Lombardi
• Fotografía Juan Durán
• Cast Patricia Garza, Paul Vega, Rómulo Assereto
• Producción Perú, 2010
• Duración 100 minutos

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